Brasil despenaliza la marihuana: ¿Adiós a las prisiones?
Published
5 months ago
on
By
La Corte Suprema de Brasil descriminalizó el porte, cultivo y consumo de marihuana para uso personal, considerándolo solo un acto ilícito administrativo. La mayoría de los magistrados concluyó que el consumo no es un crimen, ya que la ley de 2006 no prescribe castigos severos, sino medidas como la prestación de servicios comunitarios. El magistrado José Antonio Dias Toffoli subrayó que los usuarios deben ser tratados con políticas de salud pública y no criminalizados, apuntando al estigma que podría disuadir a los usuarios de buscar ayuda.
En respuesta a críticas de legisladores conservadores, los magistrados aclararon que no están legalizando el consumo, una decisión que corresponde al Legislativo. El presidente del tribunal, Luís Roberto Barroso, afirmó que el Estado debe combatir el tráfico y tratar a los dependientes. Se destacó también la necesidad de fijar una cantidad específica de marihuana para distinguir entre usuarios y traficantes, ya que la falta de un límite claro puede resultar en comportamientos arbitrarios y discriminación, afectando principalmente a los negros pobres. Durante el debate, se señalaron diferencias en la percepción de cantidades según la raza y el nivel educativo, con propuestas de cantidades desde 10 hasta 60 gramos, aunque algunos magistrados sugirieron que el Congreso debería establecer estos límites.
Brasilia (EFE).- La Corte Suprema de Brasil descriminalizó este martes el porte, cultivo y consumo de marihuana para uso personal, para que esto se considere apenas como un acto ilícito de naturaleza administrativa.
Una mayoría de magistrados interpretó que el consumo de droga no es crimen porque la ley actual, aprobada en 2006, ya lo despenalizó y los condenados por ello solo enfrentan castigos menores como la prestación de servicios comunitarios.
“El consumo no está castigado ni con detención ni con reclusión, por lo tanto, no es crimen. El usuario no debe criminalizarse, debe tratarse con políticas de salud pública y socioeducativas”, afirmó durante la discusión el magistrado José Antonio Dias Toffoli.
Además, Toffoli apuntó al “estigma” asociado a la criminalización, lo que puede alejar a los usuarios de pedir la ayuda que necesitan.
Con todo, y frente a las críticas vertidas durante los últimos meses por legisladores de la mayoría conservadora en el Congreso, los magistrados insistieron en que no se está legalizando el consumo, una medida que compete al Poder Legislativo.
“El consumo de drogas ilícitas es una cosa mala y el papel del Estado es combatir el tráfico y tratar a los dependientes”, afirmó el presidente del tribunal, Luís Roberto Barroso.
La mayoría de los magistrados se puso de acuerdo en la necesidad de fijar una cantidad de marihuana para distinguir al usuario del traficante, quien sí enfrenta penas de prisión, porque la ley actual no lo establece.
La ausencia de un límite abre las puertas a comportamientos arbitrarios por parte de la policía y de los jueces, lo que según los magistrados puede acarrear casos de discriminación que afectan principalmente a los negros pobres.
Según datos citados durante el debate en el Supremo, 20 gramos de marihuana bastan para que un joven negro y analfabeto se considere traficante, mientras que en el caso de un hombre blanco con estudios la cantidad es de 58 gramos de media.
“Queremos evitar esa discriminación entre ricos y pobres, queremos una regla que sea la misma para todos”, apuntó Barroso, durante una sesión la semana pasada.
Los magistrados han planteado cantidades que van desde los 10 hasta los 60 gramos, aunque una minoría dentro del tribunal ha señalado que el Congreso debería ser quien la estableciese.