Christian Brueckner, el principal sospechoso de secuestrar y matar a Madeleine McCann en una playa en el sur de Portugal el 3 de mayo de 2007, escribió una carta desde su prisión en Alemania donde niega las acusaciones y señala que hay un plan para tenderle una trampa por parte de los fiscales que investigan su participación en el conmovedor caso que atrapó al Reino Unido y a todo el mundo durante más de 15 años.
La epístola, a la que accedió el diario The Mirror, fue escrita por Brueckner desde su celda en Wolfenbüttel. “No hay ninguna prueba de que haya cometido ninguno de estos crímenes. No hay ADN, nada”, se defendió el pedófilo condenado a siete años de cárcel por otro delito cometido en la misma zona turística donde desapareció Maddie en 2007.
“El tiempo en que se supone que ocurrieron algunos de estos crímenes yo estaba en prisión. La fiscalía está tratando de atraparme y espera que me rinda bajo la presión mental. Esperan que diga ‘sí’ a todo, lo que me dará la oportunidad de escapar de esta tortura mental”, escribió Brueckner. “Ciertamente, no hay ninguna prueba. Por supuesto que no, porque no he cometido ninguno de estos delitos”.
Por último, de acuerdo a lo recogido por el medio inglés, el criminal se defendió de otras acusaciones por haber violado a una adolescente y otras dos mujeres: “Nadie sabe quiénes son estas personas y qué les ha pasado. Ni nombre, ni nacionalidad, nada. Tal vez las víctimas se fueron a la luna por un tiempo”, ironizó.
El año pasado, el fiscal alemán Hans Christian Wolter dijo que los investigadores tienen pruebas suficientes para presentar cargos contra Brueckner, pero que “primero quieren fortalecer su posición”. De acuerdo a declaraciones a la prensa dijo que su equipo estaba “100 por ciento convencido” de que la niña británica fue asesinada por Brueckner.
La primera vez que Brueckner llamó la atención de las autoridades sobre la desaparición de Madeleine fue en 2017, luego de que supuestamente le dijera a un amigo que “lo sabía todo” sobre lo que le había sucedido. Se dice que el aviso despertó el interés de la Policía Metropolitana en Brueckner.
Los investigadores finalmente atraparon a Brueckner por una serie de violaciones de 2005 en 2018, lo arrestó en Italia por saltarse la libertad condicional y lo extraditó a Alemania para enfrentar un juicio. Fue condenado a finales de 2019 a siete años de cárcel. En mayo de 2020 se avanzó más en el caso en su contra cuando los registros telefónicos de la noche de la desaparición de Madeleine ubicaron a Brueckner en el centro turístico de Praia da Luz.
Los registros del teléfono móvil muestran que recibió una llamada de 30 minutos mientras estaba en la ciudad, que duró desde las 7:32 PM hasta las 8:02 PM. Madeleine desapareció aproximadamente una hora después. Brueckner, un pedófilo convicto, vivía en una casa rodante cerca del complejo vacacional Praia da Luz en Portugal Maddie desapareció de la habitación de su hotel mientras sus padres cenaban con amigos a pocos metros en un restaurant.
Kate y Gerry, los padres de la niña que hoy tendría 19 años, se niegan a perder la esperanza de que su hija esté viva.