La carga rápida es ya un factor común en los teléfonos actuales, pero quienes aún tienen un celular de un modelo de hace dos o tres años para atrás, esta opción seguramente no está disponible y deben esperar más de dos horas para recuperar la batería.
Sin embargo, existen varios tips que pueden ayudar a recortar ese tiempo y ganar algunos minutos para volver a usar el teléfono, sin tener que dañar la pila o afectar la vida útil del dispositivo.
Si bien un celular se puede cargar conectando a un computador o incluso a un puerto USB de una pared, este tipo de conexiones ofrecen una potencia de salida de energía muy baja y por ende el tiempo de carga es mucho más largo. Esto no dañará el móvil, pero si hará más extensa la espera
Así que lo mejor es siempre optar por el enchufe de pared tradicional, con el cargador original. De esta forma se garantiza el flujo alto de energía y es un buen comienzo para el resto de tips.
Aunque quizás esta no sea una opción que tenga el celular con el que contemos, en caso de tenerla es mejor descartarla si lo que se busca es velocidad de carga. Está comprobado que esta vía hace 50% más lento el proceso, por lo que será el doble de tiempo en espera.
La mejor opción es siempre utilizar el cable original con el que viene el teléfono en la caja. Pero hay alternativas viables que se encuentran en tiendas especializadas y que con la asesoría adecuada no dañarán el teléfono.
En estos lugares se encuentran cables rojos, verdes, blancos y negros. Los rojos y los negros son los que están enfocados en la carga, así que esta puede ser la opción adecuada para mejorar el tiempo de recarga en caso de haber perdido el original o que se haya dañado.
Los estuches y carcasas adicionales son importantes para cuidar el celular de golpes y rayos. Pero son un enemigo de la carga. Las baterías de litio deben estar en un rango de 5 a 45 grados centígrados para cargar de forma óptima, por lo que si el teléfono tiene un estuche que sea de tela, tenga algodón o algún material que produzca calor es mejor retirarlo mientras el proceso.
Esto no solamente mejorará el tiempo de carga, porque la pila está en mejores condiciones de temperatura, sino que evitará que se sobrecaliente y se dañe con el tiempo.
Este tip también aplica si al cargar el móvil se coloca en superficies como cobijas, roja y otros dispositivos, porque producen calor y el proceso será más largo.
Es un consejo simple, pero muy funcional. Al apagar el dispositivo, este estará enfocado en cargarse y no en ejecutar las demás aplicaciones. Esto hará que el proceso sea más rápido y eficaz.
Es algo muy similar al anterior, pero si se necesita cargar y de igual forma estar pendiente de una llamada o mensaje, lo mejor será dejarlo quieto y no usarlo para nada más, porque al abrir aplicaciones o jugar el proceso se ralentiza al entrar en una carga y consumo de batería constante. Además, esto también puede afectar la vida útil del teléfono con el tiempo.
Quizás es un dato que se pasa por alto, pero la mayor parte de la batería que consume un móvil está enfocada en buscar una señal de cobertura, así que entre más difícil sea encontrarla más pila va a gastar.
La mejor alternativa es poner el teléfono en modo avión, de esta forma dejará de hacer ese proceso y se cargará un 25% más rápido. Algo sencillo pero útil.