“Regresa a donde una vez perteneciste”, reza Get Back, uno de los tantos éxitos que tiene The Beatles, una de la bandas que hizo implosionar la música y la cultura en la década de los 60 y los 70. La dupla Lennon-McCartney dejó un legado de cientos de melodías que al día de hoy siguen siendo escuchadas las nuevas generaciones.
Volver a aquel momento vivido, dice la letra de la canción, sin dudas, un desafío enorme para aquellos adultos mayores que sufren demencia o alzheimer. La música, se sabe, es un canal natural que nos acerca directamente a distintos momentos. Por lo general, se trata de alguna época determinada donde fue escuchada esa canción. La capacidad de la música para calmar a los adultos mayores y las personas con enfermedades mentales está bien documentada. Sin embargo lo que se sabe menos es cómo y en qué medida la música puede ayudar a mejorar la memoria, la cognición y la función ejecutiva.
Ahora la ciencia encontró que escuchar música para aquellos adultos mayores que alguna vez gustaron de su música, en este caso los Beatles, puede ayudarlos a recuperar la memoria. Un estudio publicado en Scientific Reports, por Psyche Loui, profesora asociada de música, descubrió que para los adultos mayores que escuchaban algo de su música favorita, incluidos los Beatles, la conectividad en el cerebro aumentaba.
La idea original de esta investigación surgió de las propias experiencias de Loui tocando música en hogares de ancianos. Recordó cómo las personas que no podían terminar una oración o pensar de repente armonizaban y cantaban una canción que ella estaba tocando.
Loui, y su equipo multidisciplinario de musicoterapeutas, neurólogos y psiquiatras geriátricos, descubrieron que la música cerraba la brecha entre el sistema auditivo del cerebro y el sistema de recompensa, el área que gobierna la motivación.
“Hay algo en la música que es esta conectividad funcional entre el sistema auditivo y el de recompensa, y es por eso que la música es tan especial y capaz de aprovechar estas funciones cognitivas aparentemente muy generales que de repente están muy involucradas en las personas con demencia que escuchan música”. dijo Loui.
Los investigadores hicieron que un grupo de adultos mayores de entre 54 y 89 años del área de Boston escuchara una lista de reproducción durante una hora todos los días durante ocho semanas y escribiera un diario sobre su respuesta a la música después. Loui y el equipo escanearon los cerebros de los participantes antes y después de escuchar para medir su respuesta neurológica.
Las listas de reproducción fueron altamente personalizadas y presentaban una combinación de canciones seleccionadas por los participantes, que iban desde The Beatles hasta Bruce Springsteen, y una mezcla preseleccionada de piezas clásicas, canciones de pop y rock y nuevas composiciones creadas por Hubert Ho, profesor adjunto. Luego, los participantes calificarían cada canción en función de cuánto les gustaba y qué tan familiar les resultaba.
Lo que se encontró fue sorprendente: la música esencialmente estaba creando un canal auditivo directamente a la corteza prefrontal medial, el centro de recompensa del cerebro. En particular, la corteza prefrontal medial “es una de las áreas que pierde su actividad y conectividad funcional en los adultos mayores, especialmente en las personas con demencia”, dijo Loui.
La música que era a la vez familiar y agradable tendía a activar más las áreas auditivas y de recompensa. Sin embargo, la música que seleccionaron los propios participantes proporcionó una conexión aún más fuerte entre estas dos áreas del cerebro.
Los investigadores esperan que este estudio, que es uno de los primeros en documentar los cambios neurológicos de la exposición prolongada a la intervención basada en la música, pueda tener un impacto significativo en un campo que ha cobrado prominencia rápidamente.
“Eso es algo en lo que estamos trabajando en este momento, y creo que podría haber algo sobre el hecho de que la música es un arte que se desarrolla con el tiempo”, dijo Loui. “Por ejemplo, estás escuchando un latido y luego puedes mover los dedos de los pies al ritmo. Ese tipo de proceso involucra los sistemas de recompensa y los sistemas cognitivos del cerebro de maneras que podrían ser beneficiosas para las funciones cognitivas a largo plazo”, agregó.
¿Cómo se relaciona la música con la memoria? ¿De qué forma puede ayudar a las personas a ejercitarla o recordar episodios? Marisol Matalia es licenciada en Musicoterapia- UBA (MN 667 MP 200388) del Hospital de Alta complejidad del Bicentenario de Esteban Echeverría donde se especializa en la atención de personas con Enfermedades Neurodegenerativas. Matalia sostiene que recordamos algo a largo plazo porque lo repetimos en el tiempo, sin embargo los recuerdos que más perduran en el tiempo son aquellos que están ligados a una experiencia emocional, significativa o relevante.
“Se sabe que el hacer y escuchar música activa diversas áreas de nuestro cerebro como la auditiva, la motora y, sobre todo, el área límbica que está estrechamente relacionada con la emoción”, explica a Infobae. “Por lo tanto podemos decir que al escuchar música se activa la emoción y esta emoción (como dijimos antes) abre la puerta al recuerdo”, agrega.
“La audición es uno de los sentidos más complejos y su vía comunica con numerosas áreas cerebrales”, apunta a Infobae el doctor Claudio Waisburg (MN. 98.128) Médico, Neurólogo- Neurocientífico, director del Instituto SOMA. “Entre ellas, se relaciona con el sistema límbico, el núcleo accumbens y el núcleo caudado, relacionados con el procesamiento emocional. Todos hemos sentido diferentes emociones a través de la música: tristeza, alegría, sorpresa, miedo… Es un vehículo que nos traslada al centro de nuestras emociones y las transforma, acercándonos a personas o situaciones vividas que vuelven a nosotros por un instante. Y es que las melodías poseen el poder de transportarnos al pasado. Por eso la música despierta recuerdos”, agrega el neurólogo.
Ahora bien, ¿qué sucede específicamente con la música que nos gusta? ¿Por qué, por ejemplo,los Beatles nos pueden ayudar a recuperar algún recuerdo o ejercitar la memoria? Por empezar hay que saber que estamos rodeados de música y sonidos desde que se forma el sistema auditivo en la etapa de gestación hasta la vejez, en cada lugar, estamos rodeados de sonidos.
“Todo este ambiente sonoro musical por el que transcurrimos nuestra vida conforma nuestra memoria musical y sobre todo nuestra identidad sonoro-musical. Lo que sucede generalmente con la música que nos gusta es que esta misma está estrechamente relacionada con la emoción. Escuchar una canción o melodía que pertenece a un momento de nuestra vidas donde seguramente se produjo una situación con alto impacto emocional nos traerá recuerdos, imágenes, sensaciones y emociones muy significativas referidas a ese hecho en particular”, dice Matalia.
Y ejemplifica: “Si durante nuestra infancia el momento de encuentro familiar era frente a un equipo de música escuchando The Beatles, cuando escuchemos a The Beatles nos llevará a ese momento, reviviremos esa escena gracias a nuestra memoria musical y autobiográfica”.
Para Waisburg la música despierta recuerdos porque “tiene la capacidad de traer aquellos que están relacionados tanto con el contenido de la letra de la canción, como por el recuerdo de un evento que ocurrió mientras escuchábamos dicha canción. Nos puede transportar a ese momento y hacernos revivir las emociones que nos hizo sentir”.
Y amplía: “No es lo mismo recordar momentos que tienen un significado importante y que están vinculados a las emociones, que recordar algo que no tiene ningún impacto en nuestra vida. Aquellas situaciones que significaron algo para nosotros serán mas accesibles a nuestro recuerdo. Nuestro cerebro registra y almacena todos aquellos momentos importantes para nosotros. Al estar la música tan estrechamente vinculada a las emociones, puede servir como un estímulo que nos ayude a recordar con mayor facilidad. Escuchar una canción que era nuestra canción favorita cuando teníamos 15 años nos traerá a la memoria aquellos años, incluso podremos volver a sentirnos cómo lo hacíamos en aquella época. La música despierta recuerdos de una manera mucho más accesible que si simplemente intentáramos recordar”.
Esta terapia es ampliamente utilizada con diversos propósitos, desde la relajación hasta la mejora del estado de ánimo. “También se ha utilizado para mejorar la atención y la memoria, sobre todo en demencias como la enfermedad de Alzheimer. La musicoterapia se utiliza mucho en este tipo de pacientes, sobre todo en estadios muy avanzados de la enfermad cuando ya no se puede trabajar cognitivamente”, dice Waisburg
Y agrega: “Mejora la cohesión grupal, el contacto social y el estado de ánimo, algo muy positivo en este tipo de pacientes que comúnmente refieren apatía, depresión y aislamiento. De manera habitual la terapia tiene como objetivo principal utilizar la música como un medio para activar las emociones y a través de estas recordar momentos vitales importantes para el paciente. Se suelen poner canciones de la época en la que era joven el paciente, el tipo de música que solía escuchar y disfrutaba, intentando evocar buenos recuerdos en la persona. De esta manera se facilita que compartan experiencias entre ellos”.
Matalia cuenta que en sus sesiones de musicoterapia siempre dice que es indispensable la utilización de música que sea significativa para el paciente. “En las personas con Alzheimer podemos observar que la utilización canciones o sonidos que sean significativos o relevantes logra que aumente su estado de alerta, pueda focalizar su atención y sostenerla por tiempo significativo, y a partir de este hecho podemos trabajar la memoria, el movimiento, el lenguaje y muchas funciones cognitivas”, cuenta.
En el trabajo que Matalia realiza día a día con pacientes con enfermedades neurodegenerativas (Alzheimer, Parkinson), a medida que la enfermedad avanza, aparecen dificultades en la memoria a corto plazo, en la orientación, en el lenguaje y pueden aparecer síntomas conductuales.
“Pero al sonar la música, -cuenta- esa música que luego de indagar con familiares o cuidadores pesquisamos que es significativa, recuerdan la letra de la canción y la cantan de forma correcta, fluida y clara. Y además se observa un cambio en su expresión, en su postura, levantan la mirada, sonríen, se emocionan y se observa mayor motivación”.