El perro, que parece ser el mejor amigo del hombre, nos brinda compañía, cariño y lealtad de manera incondicional y desinteresada, lo que lo convierte en el animal favorito de muchos.
Algunos de sus sentidos son mucho más agudos que los nuestros, esto les permite detectar ciertos acontecimientos antes de que nosotros lo podamos hacer.
Son más sensibles a señales que nosotros ciertamente ignoramos o no podemos percibir. El clima es uno de los fenómenos que un perro es capaz de anticipar combinando sus capacidades sensoriales.
En la preparación de una tormenta se ioniza el aire, ozonizándose. Esa carga de ozono produce un olor metálico, el típico a olor a tierra mojada, que un perro es capaz de percibir varias horas antes, sabiendo con certeza lo que se avecina.
Algunas investigaciones revelan que incluso son capaces de sentir en sus patas la vibración que se genera y por medio de una combinación de sus sentidos logra la anticipación.
Los perros sienten o perciben un terremoto, al igual que muchos otros animales, mucho antes que los seres humanos.
Esa percepción anticipada, por causas aún no aclaradas, genera un comportamiento previo en el que los animales se muestran nerviosos y reacios a ser encerrados, abandonando los lugares habituales y tratando de esconderse en las zonas altas.
El embarazo humano también puede ser anticipado por un perro. Cuando la mujer queda embarazada, su cuerpo se transforma exteriormente y en el interior, liberando hormonas, que pueden ser percibidas por el animal generando una actitud más protectora hacia la mujer.
En la previa al parto, el cuerpo humano emite olores y señales que le indican al perro que el nuevo miembro llegará muy pronto, determinando también una actitud protectora extrema hasta el momento del nacimiento y posteriormente.
Con su poderoso olfato, el perro es capaz de detectar los cambios que se producen en ciertas enfermedades, como la diabetes o el cáncer. Es por eso que perros entrenados pueden servir de apoyo diagnóstico u operativo en la detección y seguimiento de muchas enfermedades.
Algunos perros pueden ser entrenados para detectar el momento en que va a ocurrir un ataque de epilepsia. Esta situación es muy útil sobre todo cuando se trata de epilepsia sin aura, que es el período previo en que la persona afectada puede darse cuenta que le está por sobrevenir un ataque.
El animal puede avisar a su tutor que se tome sus medicinas o que pueda ponerse a resguardo seguro o bien pedir ayuda a otras personas. El perro pasa gran parte de su tiempo observando a su tutor, gracias a esto, puede identificar los cambios de emoción, percatándose si está triste, enojado, emocionado o incluso preocupado.
No se sabe, a ciencia cierta que los perros sean capaces de oler el miedo. Lo que se podría asegurar es que perciben e identifican nuestras actitudes corporales en situaciones de temor y que refuerzan esto con los olores de las secreciones hormonales relacionadas.
La rutina realizada para salir, los pasos consecutivos idénticos y la postura actitudinal reiterada hacen que un perro pueda anticipar la salida de la casa de su tutor.
Antes de llegar a casa, un perro es capaz de percibir a su tutor, gracias a la agudeza y capacidad discriminatoria de su olfato que puede percibir tu olor a grandes distancias.
Antes de morir se producen el cuerpo ciertos cambios químicos y biológicos, que el perro puede percibir perfectamente, lo que hace que cuando una persona esté a punto de fallecer, su perro no se separe de su lado y se encuentre marcadamente triste, como entendiendo lo que está por ocurrir.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.