El gobernador de Minesota, Tim Walz, ha emergido como uno de los principales aspirantes a acompañar a Kamala Harris en la candidatura a la Casa Blanca. Walz, de 60 años, ha estado en competencia con otros no menos destacados como el senador Mark Kelly y los gobernadores Josh Shapiro, Andy Beshear y Roy Cooper, quienes buscan revitalizar la campaña demócrata.
Posiblemente el más progresista de los candidatos, Walz destaca por su elocuencia y confrontación con los republicanos. Con un amplio recorrido político que incluye ser gobernador desde 2019 y congresista durante 12 años, también fue profesor y entrenador de fútbol americano en la Minesota rural.
Sus recientes apariciones públicas han ganado atención, especialmente sus críticas a los republicanos y su giro en la política de control de armas, motivado por la matanza en Parkland en 2018. Anteriormente defensor de las armas, ahora aboga por su control, donando incluso dinero recibido de la Asociación Nacional del Rifle.
Mientras tanto, otros aspirantes continúan en la lucha. Andy Beshear ha capitalizado su éxito en Kentucky haciendo campaña en Georgia, afirmando que la victoria llega luchando por cada voto. Shapiro, junto a Gretchen Whitmer, quien muchos consideran viable para la vicepresidencia, también sigue activo, resaltando el trabajo de Harris en servicio público y enfrentando a Donald Trump.
La decisión de Harris se espera pronto, dado que el partido nominará a su ticket presidencial el 7 de agosto, antes de la convención demócrata en Chicago. El equipo, liderado por Eric Holder, está evaluando las debilidades de los candidatos para evitar riesgos potenciales.
Washington (EFE).- El gobernador de Minesota, el demócrata Tim Walz, ha emergido en los últimos días como uno de los principales aspirantes a convertirse en el ‘número dos’ de Kamala Harris en la candidatura a la Casa Blanca.
Por EFE
Walz, de 60 años, había quedado tapado entre otros nombres como el del senador por Arizona, Mark Kelly, o los gobernadores de Pensilvania, Josh Shapiro; Kentucky, Andy Beshear, o Carolina del Norte, Roy Cooper.
Todos ellos en una lucha contrarreloj para convencer a Harris trabajando incesantemente por una campaña que estaba tocada de muerte hace poco más de una semana, con el presidente Joe Biden al frente.
Posiblemente Walz sea el más progresista de todos los que se barajan, situado a la izquierda de la vicepresidenta.
La decisión de Harris no tardará en llegar, pues los demócratas tienen intención de nominar a su tiquete presidencial el 7 de agosto, semanas antes de la convención que el partido celebrará en Chicago del 19 al 22 del mismo mes.
En estos momentos, su equipo, encabezado por el exfiscal general Eric Holder, está investigando las posibles flaquezas de los diferentes candidatos, de cara a descartar a los que se considere como un potencial riesgo.
Walz gobierna desde 2019 Minesota, un estado que normalmente vota demócrata pero con márgenes que lo hacen atractivo para los republicanos.
Previamente había sido congresista en Washington de 2007 a 2019, pero antes fue profesor de secundaria en la Minesota rural y entrenador del equipo de fútbol americano del instituto.
Sus apariciones públicas en los últimos días -tanto televisivas como en mítines- han llamado la atención a nivel nacional por su elocuencia y confrontación con los republicanos.
“Son gente rara la del otro lado. Quieren quitarte libros, quieren estar en tu consulta del médico, de eso se trata. No lo suavicemos. Son ideas raras”, dijo Walz en una reciente entrevista con ABC News que se viralizó.
De su ideología y posiciones políticas, es especialmente relevante el giro de 180 grados que dio en el tema de las armas. De ser un firme defensor de estas y de tener una buena conexión con la Asociación Nacional del Rifle, en 2018 cambió su percepción.
El detonante fue la matanza en el instituto de Parkland (Florida), el 14 de febrero de ese año, en el que 17 adolescentes fueron asesinados. Walz donó el dinero recibido por la Asociación Nacional del Rifle y se convirtió en un defensor del control de armas.
Pese a que Walz ha emergido como protagonista, el resto de aspirantes a vicepresidente siguen trabajando sin descanso para mantener el impulso que ha supuesto para los demócratas poner a Harris de como opción para la Casa Blanca.
Beshear, por ejemplo, con la credencial de ganar dos veces en la conservadora Kentucky, hizo campaña en el igualmente conservador condado de Forsyth, en Georgia, estado que el que los demócratas vuelven a soñar con Harris.
“Las gente me pregunta: ¿Cómo lo haces? ¿Cómo ganamos? Ganamos siendo fieles a nuestros valores (…) Ganamos preocupándonos y luchando por cada voto en cada condado”, dijo.
“Este no es mi primer mitin en la caja de una camioneta”, agregó.
Este mismo lunes, en Pensilvania, aparecieron de la mano Shapiro y la gobernadora de Míchigan, Gretchen Whitmer, que aunque no ha mostrado interés por el trabajo, muchos quieren ver en el cargo de vicepresidenta.
“Harris ha dedicado décadas de su vida al servicio público. Como fiscal de distrito, puso a delincuentes y agresores sexuales tras las rejas, y eso me hace pensar que tal vez por eso Donald Trump le tiene tanto miedo”, afirmó Whitmer en el mitin.
