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Tecnología

Hera, la nave que puede salvar a la Tierra del apocalipsis asteroidal

La misión de defensa planetaria Hera de la ESA despegó desde Cabo Cañaveral, Florida, en un Falcon 9 de SpaceX, tras incertidumbres meteorológicas. Se dirige al sistema binario de asteroides Didymos, donde estudiará a Dimorphos, un asteroide impactado por la misión DART de la NASA en 2022. Hera es parte de AIDA, colaboración entre ESA y NASA para desviar asteroides potencialmente peligrosos para la Tierra.

Llevará 12 instrumentos y dos cubesats para analizar sus características físicas y el impacto de DART. La nave necesitará asistencia gravitatoria de Marte y operará en el sistema durante seis meses. Sus hallazgos serán cruciales para afinar métodos de desvío de asteroides. La misión también busca proporcionar datos detallados sobre la masa, composición y estructura de Dimorphos para mejorar modelos de defensa planetaria.

Cabo Cañaveral (Florida, EE.UU.) (EFE).- La primera misión de defensa planetaria de la Agencia Espacial Europea (ESA) Hera despegó este lunes desde Cabo Cañaveral en un cohete Falcon 9 de SpaceX a las 10:52 hora local (14:52 GMT).

Por EFE

Después de horas de incertidumbre provocada por la meteorología en esta zona de Florida -ayer, domingo, la posibilidad de lanzamiento era muy baja y el día de hoy comenzó con un 50 % de probabilidades-, la nave emprenderá finalmente viaje a su destino, el sistema binario de asteroides Didymos, al que llegará en otoño de 2026.

Su objetivo, escudriñarlo, fijándose sobre todo en el más pequeño de los dos cuerpos, llamado Dimorphos, de 150 metros de diámetro. Este, en septiembre 2022, fue impactado por la nave DART de la NASA, que consiguió, por primera vez en la historia, desviar la órbita de un asteroide.

Hera es, junto a DART, una misión de defensa planetaria y ambas están integradas en la colaboración AIDA (Asteroid Impact and Deflection Assessment). Con ellas las dos agencias espaciales pretenden demostrar la tecnología capaz de desviar asteroides para proteger a la Tierra de un eventual impacto.

Sobre la hazaña de DART hay ya bastantes datos gracias a su cámara y a un pequeño satélite italiano (LICIACube) que se desprendió de la nave unos días antes y obtuvo imágenes de la pluma de fragmentos eyectados en la colisión, además de la mirada de varios telescopios terrestres y los espaciales Hubble y James Webb.

Sin embargo, falta información crucial para comprender realmente lo que allí sucedió y para afinar los modelos para desviar asteroides.

Por eso Hera y sus dos pequeños satélites del tamaño de una caja de zapatos (cubesats) inician ahora un largo viaje al lugar de los hechos para analizar las secuelas de ese impacto cinético.

Bautizada así en honor de la diosa griega del matrimonio, en su viaje Hera necesitará la asistencia gravitatoria de Marte para coger impulso. Tiene 12 instrumentos -el sistema de guiado, navegación y control lo ha liderado la española GMV- y estará en el entorno de estos asteroides seis meses.

La misión determinará con precisión el tamaño y masa de estos -esta última fundamental para medir la eficacia de la desviación- y analizará la composición de sus superficies, así como sus características térmicas.

También medirá la estructura de sus interiores por medio de un radar a bordo de uno de los dos cubesats que se desprenderán de la sonda principal, y el campo gravitatorio del sistema con la ayuda de un gravímetro realizado por la empresa española EMXYs y el Real Observatorio de Bélgica.

La intención es que la misión finalice con la nave y sus dos pequeños satélites posándose en alguno de los dos asteroides.

Los asteroides del tamaño de Dimorphos suponen un peligro para la vida en la Tierra en caso de colisionar con nuestro planeta, explicó vía correo electrónico a EFE Susana Infante, jefa de proyecto de Hera en Thales Alenia Space, empresa que desde España lideró el sistema de comunicaciones, que permite controlar la nave desde el centro de control durante todo el transcurso de la misión.

El efecto de tal impacto sería devastador si llegara a un área poblada, capaz de destruir una ciudad entera o de generar un tsunami si cayera en el mar, agrega la experta.

Se calcula que hay unos 30.000 asteroides con tamaños entre los 100 y 300 metros y con órbitas cercanas -en términos astronómicos- a la Tierra (los llamados NEO).

La frecuencia de impacto de cuerpos de estas dimensiones con la Tierra es de aproximadamente una vez cada 10.000 años, detalla Infante: “Se estima que el 82 % de ellos no han sido detectados todavía, así que debemos permanecer en alerta y preparados para actuar en caso de necesidad”.

“Hera es un complemento esencial a la misión DART de la NASA. Sabemos que DART consiguió modificar con éxito la órbita de Dimorphos alrededor de Didymos (…); sin embargo, los científicos necesitan información más detallada sobre Dimorphos para poder evaluar la eficiencia del impacto cinético como método de defensa planetaria”.

Hera aportará datos esenciales sobre su masa, composición y estructura, concluye.

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