Si alguien comienza a ver de forma descuidada Última noche puede no captar de todo el tono y las intenciones de la película. En un principio parece una película más sobre reuniones navideñas, aunque algo siniestro sobrevuele la trama. Pero detalle más, detalle menos, todo se mueve dentro de las reglas del drama familiar navideño.
Esta reunión, sin embargo, empieza a multiplicar sus pistas para indicar que algo no está bien. Mantiene la intriga mientras el espectador tiene que acomodar sus ideas y prepararse para lo que viene. El matrimonio formado por Nell (Keira Knightley) y Simon (Matthew Goode) son quienes han organizado esta cena navideña en su finca para sus antiguos amigos de la escuela y sus cónyuges. Todos están vestidos de forma muy formal para lo que parece un evento entre amigos. El hijo de Nell y Simon, Art (Roman Griffin Davis) es uno de los chicos presente. La tensión crece hasta que la verdad sale a la luz. El título original de la película es Silent Night pero en castellano han optado por uno que adelanta cosas de la trama. Sí, es la Última noche.
La historia juega con el humor negro en un principio pero se vuelve cada vez más dramática. Más aún cuando entre los participantes hay niños que tienen frente así el mismo destino que sus padres. Esa mezcla de film familiar navideño y relato apocalíptico consigue poco a poco generar claustrofobia e independientemente de los trucos del género, la película consigue transmitir una profunda angustia. El drama se apodera de todo y es puro conflicto, permanente dilema moral para todos y cada uno de los personajes.}
No es fácil de definir si esa intensidad es una virtud o un defecto. Su gravedad algo cruel no termina de cerrar completamente con respecto al inicio algo más ligero y ambiguo. La dureza de la historia era más difícil de digerir con humor que sin él. Los tres protagonistas que se despegan del elenco coral también producen una empatía instantánea. Keira Knightley, Matthew Goode y el niño Roman Griffin Davis (famoso por su rol protagónico en Jojo Rabbit) son la pieza que genera ese compromiso extra. Última noche puede que no resuelva tan bien sus temas, pero a los espectadores los confronta con conflictos que no los dejan indiferentes.