Los problemas de la cadena de suministro perjudican a casi todos los bienes de consumo en el mundo pero, para las mujeres que menstrúan, se suma un problema más: la gran escasez de tampones.
“Se ha convertido en una extraña fascinación para mí, ver el gran hueco en la estantería, como un diente delantero perdido, donde se supone que están los tampones”, cuenta Alana Samuels en Time para graficar cómo este problema en la cadena de suministro lleva tiempo pero es poco difundido. Su artículo visibilizó la problemática quena hace meses que las muejres e quejan en las redes sociales y enn los foros.
“Para decirlo sin rodeos, los tampones son casi imposibles de encontrar”, dice Michelle Wolfe, una presentadora de radio en Bozeman, Montana, que escribió un artículo en el sitio web de su estación de radio en marzo sobre la imposibilidad de encontrar tampones en Montana. “Diría que ha sido así desde hace seis meses”.
“Normalmente, una escasez como ésta no sería tan sorprendente. Todos hemos oído las quejas sobre los problemas de la cadena de suministro. La gasolina es cara. Los puertos están atascados… Pero entonces se produjo aquella escasez masiva de leche de fórmula para bebés que dejó a los niños hospitalizados y a las madres enfurecidas. Muchas mujeres especularon que si los hombres tuvieran que amamantar, no habría escasez de fórmula”, refelxionó Samuels.
Es que hay escasez de tampones y de leche de fórmula y, en el Reino Unido, hay escasez de TRH, un medicamento que se utiliza para tratar los síntomas de la menopausia. “¿Se están tomando malas decisiones en empresas dirigidas por hombres que afectan al suministro de productos para las mujeres?”, agrega.
La autora consultó con la fábrica Procter & Gamble, que fabrica Tampax, la marca de tampones más popular de Estados Unidos. Y la respuesta culpó a las leyes del mercado: en julio de 2020 lanzaron uan campaña con la popular comediante Amy Schumer y “el crecimiento de las ventas al por menor se ha disparado”, dijo la portavoz Cheri McMaster. La demanda ha subido un 7,7% en los últimos dos años, y la compañía está haciendo funcionar su fábrica de Tampax en Auburn, Maine, las 24 horas del día para satisfacer la demanda.
“Pero me parece un poco difícil achacar la escasez de tampones a Amy Schumer. ¿Quién ve ya los anuncios? E incluso si los anuncios de Tampax fueron un éxito, esa explicación no justifica por qué otras marcas de tampones, incluyendo Playtex y o.b., también están agotadas”, detalló en su artículo de Time. La autora recuerda que la otra cosa que cambió en 2020 es que hubo una pandemia mundial y la gente se abasteció porque temía que se agotaran. Este aumento de la demanda se produjo en un momento en que la cadena de suministro de tampones, al igual que la cadena de suministro de casi todo lo demás, se vio interrumpida por el cierre de fábricas y los retrasos en los puertos.
P&G dijo en su última convocatoria de beneficios que seguía teniendo problemas para abastecerse de materias primas para los productos de cuidado femenino, llevarlos a los lugares que los necesitan y hacer llegar los productos en camiones a los minoristas. La empresa TOP The Organic Project fabrica tampones en Europa, y su cofundadora y directora ejecutiva, Thyme Sullivan, afirma que el costo de hacer llegar sus tampones a Estados Unidos ha aumentado un 300% con respecto al año pasado. La empresa empezó a transportar por avión, en lugar de por barco, los envoltorios biodegradables de sus productos de higiene femenina desde Italia, porque el envío se ha vuelto muy difícil y caro.
Edgewell Personal Care también experimentó una grave escasez de personal en sus instalaciones de Dover, tanto de empleados como de proveedores. Los tampones son productos sanitarios de clase II, lo que significa que, debido a las normas de control de calidad, las empresas no pueden poner a cualquiera en la cadena de montaje, por lo que la producción se retrasó con respecto a la demanda.
Y las materias primas de los tampones -algodón, rayón y, a veces, pasta y plástico para los aplicadores- han sido algunas de las más demandadas durante la pandemia, ya que se han utilizado en productos médicos como los equipos de protección personal. Mientras la demanda se disparaba, la oferta se reducía.
“El rayón es un subproducto del algodón, un cultivo muy delicado, y este es el tercer año consecutivo en que la demanda de algodón ha superado la producción”, dice Sheng Lu, profesor del Departamento de Estudios de Moda y Confección de la Universidad de Delaware. En abril, el precio del algodón en bruto era un 71% superior al del año anterior.
“El aumento de la demanda, la escasez de personal, la escasez de materias primas… ninguno de estos factores es exclusivo de los tampones. Sin embargo, lo que hace que la escasez de tampones sea tan persistente y problemática es que, a diferencia de la mayoría de los otros artículos a los que la cadena de suministro ha dificultado el acceso, los tampones no son algo que las mujeres puedan dejar de comprar hasta que vuelvan los suministros”, recuerda. “Las mujeres tienen la regla todos los meses, y si han usado tampones durante toda su vida adulta, necesitan tampones”.
Y como si fuera poco, en este escenario de escasez, aumentan los precios. En general, el precio de los productos de cuidado femenino en EE.UU. ha subido un 10,8% con respecto a hace un año, según los datos del escáner de Nielsen IQ, que rastrea los precios de los sistemas de punto de venta. El cuidado femenino fue una de las dos únicas categorías de los datos de salud y belleza de Nielsen en las que los precios subieron un 10% o más con respecto al año anterior en los últimos seis meses (La otra categoría fue la de desodorantes).
El tabú que supone hablar de los tampones y la menstruación ha dificultado a muchas personas la obtención de productos menstruales: Una de cada cuatro mujeres sufre ahora la pobreza del periodo, lo que significa que no tiene acceso a productos menstruales, frente a una de cada cinco antes de la pandemia. Eso es lo que ha motivado que algunas ciudades y estados ordenen que las escuelas proporcionen productos menstruales gratuitos, lo que también puede estar impulsando parte de la demanda de tampones.
Thyme Sullivan, directora general de TOP Organic Project que fabrica productos orgánicos para el periodo, dijo en diálogo con Time que el género de las personas que dirigen el país -y la mayoría de las empresas estadounidenses- podría ayudar a explicar la escasez de tampones. Después de todo, la escasez de papel higiénico, productos de limpieza e incluso mascarillas y guantes no duró mucho tiempo al principio de la pandemia.
Segun explica, eso podría deberse a que las personas que toman las decisiones de compra y de la cadena de suministro necesitaban papel higiénico y productos de limpieza, o al menos podían relacionarse con las familias que los necesitaban. Muchas de las personas que toman esas decisiones para los productos de cuidado femenino no los utilizan ellas mismas. “El director general de Procter & Gamble es un hombre, al igual que los directores generales de Edgewell y Unilever. (El director general de Abbott Nutrition es un hombre, al igual que el Secretario de Sanidad del Reino Unido, cuyo departamento es responsable de hacer llegar la THS a las mujeres que utilizan el Servicio Nacional de Salud”…
“No se habla mucho de la escasez de tampones ni hay prisa por resolverla porque el asunto no afecta directamente a los que toman las decisiones”, argumenta Sullivan.