El sueño de volver a despegar hacia la Luna se renueva, luego del frustrado lanzamiento del cohete Artemis I de la NASA el lunes último tras el fallo en uno de sus motores. La agencia espacial estadounidense intentará esta tarde hacer despegar el poderoso cohete de 98 metros de alto y 4 millones de kilogramos de empuje hacia la órbita de la Luna, en una misión no tripulada desde la rampa de lanzamiento 39B del Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral, Florida.
Por Infobae
“Los equipos revisaron los datos del intento de lanzamiento del lunes de la misión Artemis I y están avanzando con un segundo intento de lanzamiento”, anunció la NASA. La “ventana” del nuevo lanzamiento se abre ese día a partir de las 15.17 hora argentina (14.17 hora local y 18.17 GMT), según anunciaron los encargados del programa espacial.
La misión tiene como objetivo realizar un viaje a la Luna de ida y vuelta y busca poner a prueba las capacidades del cohete Space Launch System (SLS) o Sistema de Lanzamiento Espacial y de la cápsula Orión. La misión Artemis I busca calibrar también las capacidades de la nave Orión, en la que pueden caber hasta cuatro tripulantes, y con reservas de agua y oxígeno que le permitirían unos 20 días de viaje de forma independiente.
Pero la meta final con esta nueva tecnología es volver a llevar seres humanos a la Luna y en la próxima década a Marte. “Vamos a estresarlo y probarlo. Vamos a hacer que haga cosas que nunca haríamos con una tripulación a bordo para tratar de hacerlo lo más seguro posible”, dijo el administrador de la NASA, Bill Nelson.
Si todo sale bien, en 2024 un nuevo despegue está programado por la NASA, ahora sí con astronautas. El viaje de Artemis II orbitará la Luna y probará que los astronautas podrán soportar el prolongado viaje de varias semanas. Finalmente, en 2025 Artemis III hará el descenso a la superficie de la Luna, donde la tripulación pisará nuestro satélite natural con la intención de quedarse allí días con la mira de que, en los próximos años, se establezca una colonia permanente.
El nuevo cohete de la NASA para la misión Artemis I llamado SLS tiene 98 metros de altura y es el más poderoso jamás construido por la NASA. Se trata de un cohete 10 metros más corto y más delgado que el famoso Saturno V, con el que se logró la hazaña de pisar la Luna hace medio siglo. Pero es más poderoso. Con 8,8 millones de libras (4 millones de kilogramos) de empuje. A diferencia del aerodinámico Saturno V, el nuevo cohete cuenta en cada lado un par de propulsores remodelados de los transbordadores espaciales de la NASA.
Los propulsores se despegarán después de dos minutos, al igual que lo hicieron los propulsores del transbordador, pero no se pescarán finalmente en el Atlántico para su reutilización, sino que se quemarán al ingresar a la Tierra. La etapa central seguirá encendida antes de separarse y estrellarse contra el Pacífico. Dos horas después del despegue y ya en órbita planetaria, una etapa superior enviará la cápsula, Orión, a toda velocidad hacia la Luna.
La cápsula de Orión automatizada de alta tecnología de la NASA lleva el nombre de la constelación, una de las más brillantes del cielo nocturno. Con 3 metros de altura, es más espaciosa que la cápsula de Apolo, con capacidad para cuatro astronautas en lugar de tres. Para este vuelo de prueba, un maniquí de tamaño completo con un traje de vuelo naranja ocupará el asiento del comandante, equipado con sensores de vibración y aceleración. Otros dos maniquíes hechos de material que simula el tejido humano (cabezas y torsos femeninos, pero sin extremidades) medirán la radiación cósmica, uno de los mayores riesgos de los vuelos espaciales.
En una teleconferencia, Mike Sarafin, director de la Artemis I, confirmó que, luego de estudiar detenidamente lo sucedido el lunes, se determinó que la falla principal tuvo que ver con la temperatura adecuada que debe tener el motor al momento del despegue, después de la carga de hidrógeno líquido.
De esta manera, uno de los cuatro motores RS-25 del potente cohete SLS diseñado para esta misión no pudo alcanzar el rango de temperatura adecuado que se requiere para que el motor arranque en el despegue. El lunes, los técnicos trataron sin éxito una serie de correctivos hasta que finalmente se vieron obligados a suspender el lanzamiento. “Acordamos lo que se llamó la opción uno, que consistía en cambiar operativamente el procedimiento de carga y comenzar a enfriar antes nuestro motor”, detalló Sarafin.
La suspensión del lunes supuso un revés para una misión que algunos medios cifraron en 4.000 millones de dólares, y que suponía el debut en toda regla del cohete SLS, de 98 metros de altura (más que la estatua de la libertad de Nueva York) y el más potente fabricado hasta la fecha, gracias a sus 4 motores RS-25 y 2 propulsores adjuntos.
De fallar hoy el nuevo intento, existe otra oportunidad de respaldo para que la misión Artemis I despegue el próximo 5 de septiembre, detallaron los directivos del programa. En el futuro, la cápsula llevará a partir de 2025 astronautas a la Luna, entre ellos la primera mujer y primera persona negra que caminarán sobre la superficie lunar.
El programa Artemis, llamado así por su hermano gemelo Apolo, es el nuevo programa de la NASA para los años por venir. En la Luna, la agencia espacial desea probar las tecnologías necesarias para envío de los primeros seres humanos a Marte.