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La primera ministra británica Liz Truss anunció su renuncia hoy después de que varios periódicos publicaran portadas críticas

La primera ministra británica Liz Truss anunció el jueves su dimisión tras apenas 45 días en el poder, después que sus políticas económicas hundieron los mercados y minaron su autoridad.

Por Infobae

“Dada la situación, no puedo cumplir con el mandato para el cual fui elegida por el Partido Conservador”, declaró Truss frente a su residencia en el número 10 de Downing Street.

Con la renuncia de Truss, que se convirtió en el jefe del gobierno británico que menos tiempo pasó al mando del ejecutivo, el Partido Conservador se ve abocado a una nueva elección interna, mientras que los laboristas exigen elecciones generales. Truss precisó que un nuevo proceso de votación será organizado de aquí al final de la próxima semana para elegir a su reemplazante.

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Truss hizo el anuncio luego de sostener una reunión de último momento con Graham Brady, un legislador conservador de alto nivel que tiene la tarea de evaluar si el primer ministro aún cuenta con el apoyo de los miembros conservadores del Parlamento.

Solo un día antes, Truss había prometido permanecer en el poder y dijo que era “una luchadora y no alguien que abandona”. Las portadas marcaron que su credibilidad ya no era suficiente.

La ministra británica de Interior, Suella Braverman, dimitió este miércoles tras haber asumido el cargo hace un mes y medio, con la llegada al poder de la primera ministra conservadora.

La renuncia se produjo entre crecientes presiones dentro del Partido Conservador para que Truss abandone Downing Street, ante la tormenta financiera y el desplome en las encuestas que provocó su masivo recorte de impuestos, que se vio forzada a retirar.

El editor político de The Sun dijo que Braverman había sido destituida.

Tras confirmarse la salida de Braverman, se advirtió que fue la segunda sustitución de los ministros más importantes de Truss en menos de una semana, después de que el viernes despidiera a su ministro de Economía, Kwasi Kwarteng.

Hace tan solo dos días, el 18 de octubre, muchos medios de comunicación británicos hablaban de “Una mujer condenada a muerte”. Así definieron la situación de la primera ministra británica, que de cualquier modo luchaba para estabilizar su posición y mantenerse en el cargo después de que un colapso económico la obligara a dar un humillante giro en su plan de reformas fiscales, poniendo en duda su futuro como líder.

“Es difícil concebir una crisis política y económica más grave en los últimos tiempos que la que enfrenta Gran Bretaña ahora”, escribió el diario conservador The Daily Telegraph en un editorial.

El Daily Mail, otro diario cercano a los conservadores, resumió la situación de Truss con un elocuente “Dead woman walking” (Mujer muerta caminando), la expresión usada para referirse a los condenados a muerte.

Truss se reuniría el martes con su gabinete e intentaría reunir el apoyo de los parlamentarios conservadores, algunos de los cuales han dicho públicamente que no tiene futuro como primera ministra. El Daily Mail escribió que los parlamentarios que se reunieron con Truss el lunes compararon la premier a un “cadáver pronunciando su propio elogio fúnebre”.

El tabloide conservador The Sun llamó el martes a Truss “La Primera Ministra fantasma”, mientras que el tabloide de izquierda The Mirror calificó la situación de “humillación catastrófica”.

Todos los medios, incluido el prestigioso The Times, destacaban además una encuesta de YouGov que mostró que Truss tiene el apoyo de apenas un británico sobre diez, siendo la líder política más impopular en las últimas dos décadas en el Reino Unido.

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