El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y su antecesor Jair Bolsonaro comenzaron a medir fuerzas este sábado de cara las elecciones municipales, que se presentan como una nueva batalla entre el progresismo y la extrema derecha.
Ambos participaron en actos de confirmación de candidaturas para los comicios del próximo 6 de octubre, en los que serán elegidos los alcaldes y miembros de asambleas municipales de 5.568 ciudades.
Lula asistió a un acto en el que el Partido de los Trabajadores (PT) confirmó como su aspirante a la Alcaldía de Fortaleza a Leandro Leitão. Bolsonaro respaldó la candidatura a la reelección del actual alcalde de São Paulo, Ricardo Nunes.
En Fortaleza, Lula destacó que esa región constituye el mayor fortín electoral del PT y animó a apoyar a Leitão frente a una “elite que cuando gobierna solamente piensa en el 30 % más rico”.
En São Paulo, el alcalde y candidato Nunes se presentó arropado por Bolsonaro, el gobernador Tarcísio Nunes, y el expresidente Michel Temer. Nunes tiene como principal rival a Guilherme Boulos, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), respaldado por el PT.
Las elecciones municipales se consideran en Brasil como un termómetro de la situación actual y de la gestión de Lula, así como una preparación para las presidenciales de 2026. Lula ha insinuado que podría aspirar otra vez a la reelección. Bolsonaro, inhabilitado por la Justicia electoral por ocho años, no podrá postular a cargos electivos en 2026.Lula, quien ya gobernó en dos períodos consecutivos entre 2003 y 2010, ha insinuado que podría aspirar otra vez a la reelección.
Brasilia (EFE).- El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y su antecesor Jair Bolsonaro comenzaron a medir fuerzas este sábado de cara las elecciones municipales, que se presentan como una nueva batalla entre el progresismo y la extrema derecha.
Por EFE
Ambos participaron en actos de confirmación de candidaturas para los comicios del próximo 6 de octubre, en los que serán elegidos los alcaldes y miembros de asambleas municipales de 5.568 ciudades.
Lula, la principal referencia del progresismo brasileño, asistió a un acto en el que el Partido de los Trabajadores (PT) confirmó como su aspirante a la Alcaldía de Fortaleza a Leandro Leitão, y Bolsonaro, líder de la ultraderecha, respaldó la candidatura a la reelección del actual alcalde de São Paulo, Ricardo Nunes.
En Fortaleza, capital del estado de Ceará, en el noreste del país, Lula destacó que esa región constituye el mayor fortín electoral del PT y animó a apoyar a Leitão frente a una “elite que cuando gobierna solamente piensa en el 30 % más rico, porque para ellos los pobres son invisibles”.
El mandatario, de 78 años, se presentó en el acto con una máscara facial, que según la Presidencia se debía a un simple resfriado.
No hubo, sin embargo, alusiones directas a Bolsonaro y la extrema derecha, que representan la mayor oposición a nivel nacional al PT y al Gobierno que encabeza Lula, quien derrotó en las presidenciales de 2022 al entonces mandatario ultraconservador.
En São Paulo, el alcalde y candidato Nunes se presentó arropado por el propio Bolsonaro, pero también por el gobernador del estado homónimo, Tarcísio Nunes, y por el expresidente Michel Temer, entre otras figuras de la derecha y la ultraderecha brasileñas.
Nunes tiene como principal rival en las municipales al diputado e histórico líder del movimiento de los sin techo, Guilherme Boulos, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), que tiene respaldo del PT.
Así como Lula, Bolsonaro evitó darle connotación nacional al acto y sostuvo que São Paulo, la ciudad más poblada del país, “no puede ser entregada a alguien que ha dedicado su vida a invadir la propiedad ajena”.
Las elecciones municipales se consideran en Brasil como una especie de termómetro de la situación actual y de la propia gestión de Lula, así como una suerte de preparación para las presidenciales de 2026.
Lula, quien ya gobernó en dos períodos consecutivos entre 2003 y 2010, ha insinuado que podría aspirar otra vez a la reelección.
Bolsonaro, por su parte, no podrá postular a ningún cargo electivo en 2026, pues la Justicia electoral le ha inhabilitado por un plazo de ocho años debido a abusos políticos y económicos en los que incurrió durante el proceso para las presidenciales de 2022.