Muere activista estadounidense por disparo del Ejército israelí.
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La muerte de la activista estadounidense de origen turco Aysenur Ezgi Eygi, de 26 años, este viernes cerca de Nablus, tras recibir un disparo en la cabeza por el Ejército israelí, pone de nuevo en alerta a la ya muy castigada Cisjordania. La activista, que trabajaba como voluntaria en el Movimiento de Solidaridad Internacional, participaba en la marcha semanal pacífica en la aldea de Beta, en Nablus, contra la expansión de los asentamientos.
Jonatahn Pollak, activista israelí que también participó en la protesta, explicó que el incidente no fue un accidente sino un asesinato intencionado. Pollak detalló que las fuerzas israelíes irrumpieron con gases lacrimógenos y munición real, y que escuchó dos disparos, uno de los cuales mató a Eygi.
El Ejército israelí alegó que disparó para mitigar “la amenaza” de un instigador que arrojaba piedras. El grupo islamista Hamás y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) condenaron la muerte de la activista. El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, expresó el pésame del Gobierno estadounidense y dijo que están analizando los hechos.
El Gobierno de Turquía también condenó el incidente, calificándolo de intimidación contra los activistas propalestinos. La jornada había comenzado con la retirada de las tropas israelíes de Yenín después de una incursión de diez días que dejó al menos 19 muertos.
El Ejército lanzó la “Operación Campamentos de Verano” en varias ciudades de Cisjordania, resultando en la muerte de 36 palestinos. Mientras tanto, en Gaza, casi 355,000 niños menores de diez años han recibido la primera dosis de la vacuna contra la polio en una campaña liderada por la OMS.
Las pausas humanitarias pactadas entre Israel y Hamás se han respetado mayoritariamente, y la campaña aspira a vacunar a 640,000 niños. Los ataques israelíes persisten en una guerra que cumple once meses.
Jerusalén, (EFE).- La muerte de la activista estadounidense de origen turco Aysenur Ezgi Eygi, de 26 años, este viernes cerca de Nablus tras recibir un disparo en la cabeza por el Ejército israelí pone, de nuevo, en alerta a la ya muy castigada Cisjordania.La activista, que trabajaba como voluntaria en el Movimiento de Solidaridad Internacional (ISM, sus siglas en inglés) recibió un disparo de las fuerzas israelíes mientras participaba en la marcha semanal pacífica en la aldea de Beta, en Nablus, contra la expansión de los asentamientos.“Lo que ha pasado hoy no fue un accidente es la continuación de la matanza de 17 palestinos de Beta en estas protestas desde 2021. Fue un asesinato intencionado que no se puede justificar”, explicó en una conversación telefónica Jonatahn Pollak, activista israelí que participó en la protesta.
“Tan pronto como empezamos la protesta, las fuerzas irrumpieron con gases lacrimógenos y munición real. Me aparté del punto donde estaban los enfrentamientos y entonces, escuché dos disparos, uno de ellos mató a un hombre palestino y el otro a Aysenur”, detalla Pollak.“Corrí hacía ella y la vi tumbada en el suelo con muy poco pulso y sangrando mucho por la cabeza”, concluye.Rápidamente fue trasladada de urgencia al hospital Rafidia de Nablus donde la ingresaron en la unidad de cuidados intensivos. Los esfuerzos médicos no lograron salvarla a causa de las graves heridas que padecía en su cabeza, según informaron fuentes médicas.El Ejército israelí alegó que se vio obligado a disparar para mitigar “la amenaza” de “un instigador que arrojaba piedras contras las fuerzas”.“Se están revisando los detalles del incidente y las circunstancias en las que fue golpeada la activista”, agregaron en la nota castrense.
El grupo islamista Hamás condenó esta muerte y aseveró que “las balas pecaminosas” que acabaron con su vida, “son las mismas que envía Biden al Ejército de la ocupación y que usa diariamente contra el pueblo palestino”.
También el secretario del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Hussein Sheikh, condenó “el asesinato de la activista” y lo definió como “de otro crimen más en una serie de violaciones diarias cometidas por las fuerzas de ocupación”.
En un mensaje en su cuenta de X, pidió que los responsables de la muerte de Ezgi Eygi rindan cuentas ante los tribunales internacionales.
El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, dijo que su país está analizando los hechos ocurridos en Cisjordania y subrayó: “según sea necesario, actuaremos”.
En una rueda de prensa en Santo Domingo, donde se encuentra de visita, Blinken calificó de “deplorable” esta “trágica pérdida” y expresó el pésame del Gobierno estadounidense a los familiares de Aysenur.
El Gobierno de Turquía, por su parte, condenó la muerte de la voluntaria turco-estadounidense y tachó el incidente de “intimidación” contra los activistas propalestinos.
La jornada, sin embargo, había arrancado con la retirada de las tropas israelíes de la ciudad y del campamento de refugiados de Yenín, en el norte de Cisjordania, tras diez días de incursión que dejó al menos 19 personas muertas.
Aunque esta retirada parece temporal ya que el Ejército advirtió que sus tropas “continúan actuando para lograr los objetivos de la operación antiterrorista” en Cisjordania.
El pasado 28 de agosto, el Ejército lanzó en esta urbe, y también en las norteñas Tulkarem y Tubas, todas bastiones históricos de milicias palestinas, una operación “antiterrorista” bautizada por Israel como “Operación Campamentos de Verano”.
En total, en los ataques aéreos y los combates cuerpo a cuerpo entre soldados y milicianos han muerto 36 palestinos, entre ellos ocho menores y dos ancianos, según cifras del Ministerio de Salud de la Autoridad Nacional Palestina, que gobierna partes cada vez más reducidas de la Cisjordania ocupada.
Israel, no obstante, asegura que en estas incursiones han logrado “eliminar a unos 35 terroristas” y detener a otros 45. Además de que confiscaron “decenas de armas y explosivos”.
En la castigada Gaza mientras tanto, casi 355.000 niños gazatíes menores de diez años han recibido ya la primera dosis de la vacuna contra la polio desde el pasado 1 de septiembre, cuando empezó la campaña de vacunación liderada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En esta casi primera semana de campaña, las pausas humanitarias pactadas entre Israel y Hamás de ocho horas diarias se han estado mayoritariamente respetando.
El objetivo de esta campaña, diseñada por la OMS en tres diferentes fases para abarcar todos los rincones de una Franja devastada, es llegar a los 640.000 menores de 10 años gazatíes.
Los ataques israelíes en los otros puntos del enclave persisten en una guerra que mañana cumple once meses.