Netanyahu declara inocencia en juicio por corrupción en Israel
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El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, testificó por primera vez en su juicio por corrupción en Tel Aviv. Llegó puntual al tribunal con búnker antibombas por seguridad. Declaró que lleva años esperando este momento para refutar las acusaciones que considera infundadas. Su abogado, Amir Haddad, calificó los cargos de absurdos, alegando que Netanyahu solo buscaba una cobertura mediática justa. Los casos 4000 y 2000 lo vinculan con empresarios de telecomunicaciones favorecidos a cambio de beneficio mediático.
Fuera del juzgado, había manifestantes de ambos bandos políticos y familias de rehenes de Hamás. Destacados políticos, como la ministra de Transporte y el presidente del Parlamento, acudieron a respaldar al primer ministro. Netanyahu saludó a sus simpatizantes al llegar. El juicio, en el que se le investiga por soborno, fraude y abuso de confianza, lleva cinco años activo. En 2021 se declaró inocente y ahora responderá a las interrogantes de ambas partes. Se han escuchado 140 de los 300 testigos previstos; sus abogados intentaron reducir la frecuencia de sus comparecencias, pero fue denegado.
Tel Aviv (EFE).- El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, llegó puntual a las 10 hora local (08.00 GMT) para testificar por primera vez en su juicio por corrupción en un tribunal de Tel Aviv, que cuenta con búnker antibombas por motivos de seguridad.
“¿Escaquearme? He estado esperando este día ocho años para presentar la verdad, hacer estallar las acusaciones delirantes e infundadas contra mi, y revelar el método de esa caza de brujas”, afirmó el lunes por la noche el primer ministro en una poco habitual rueda de prensa en la que arremetió contra varios periodistas.
El primero en intervenir fue el abogado del primer ministro, Atty Amir Haddad, quien calificó como absurdas las acusaciones contra su defendido y consideró que se le investiga por tratar de conseguir una cobertura mediática decente, lo que a su juicio no constituye un crimen.
Amir Haddad hizo referencia en esta primera declaración a los casos 4000 y 2000, que vinculan a empresarios de telecomunicaciones a quienes supuestamente concedió favores a cambio de una cobertura que beneficiara su imagen.
Fuera del juzgado hay congregadas unas 200 personas entre manifestantes de izquierda que piden la dimisión de Netanyahu, simpatizantes de derechas, además de representantes de las familias de los rehenes de Hamás en Gaza.
Respondiendo al llamado de Netanyahu, la ministra de Transporte Miri Regev, y el representante de la cartera de Seguridad Nacional Itamar Ben Gvir, acudieron al tribunal, así como el presidente del Parlamento de Israel (Knesset), Amir Ohana, y varios diputados de su partido Likud, como Shlomo Karhi, Avichay Boaron, Osnat Mark y Tali Gotliv.
También está presente en la sala el político de ultraderecha Almog Cohen, habitual en las tertulias defendiendo al primer ministro.
Al llegar al tribunal, Netanyahu, quien no entró por la puerta principal, saludó a quienes se presentaron en el recinto para expresarle su respaldo.
Previo a su llegada, Ben Gvir dijo a los medios que estaba allí para expresar su respaldo al primer ministro, quien a su juicio es blanco de una “campaña de persecución”.
“Lo que quiero decir es muy sencillo: está claro para todo el mundo que está inventando acusaciones”, afirmó.
Previamente, el ministro de Cultura, Miki Zohar, insinuó en un comunicado que el juicio contra Netanyahu pone en peligro a los rehenes retenidos en Gaza.
Es la primera vez que el primer ministro de Israel acude a presentar su testimonio por los tres casos en los que es investigado desde hace cinco años, en los que se le señala por presunto soborno, fraude y abuso de confianza, en hechos ocurridos entre 2007 y 2019.
En 2021, el primer ministro compareció ante el tribunal tras un aplazamiento motivado por la pandemia de coronavirus, y en esa ocasión se declaró inocente, pero ahora responderá por primera vez a las preguntas de defensa y fiscalía.
Desde el inicio del juicio, se estableció que alrededor de 300 testigos ofrecerían su testimonio; hasta la fecha, 140 ya lo han hecho.
En repetidas ocasiones, Netanyahu solicitó retrasar su testimonio, argumentando que la situación de seguridad en Israel le impedía cumplir con los requisitos del tribunal, los cuales incluyen tres comparecencias semanales de al menos seis horas cada una.
Sus abogados solicitaron reducirlas a dos veces por semana, pero la petición fue denegada.