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Revelado: ¡Israel sabía del ataque de Hamás y no actuó!

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La inteligencia israelí conocía con precisión los planes de Hamás para secuestrar entre 200 y 250 personas antes del 7 de octubre, según reveló la emisora pública israelí Kan. Un informe de inteligencia, publicado tres semanas antes del ataque que causó 1.200 muertos y 251 secuestrados, detallaba los entrenamientos de los milicianos de Hamás.

El Ejército israelí, que había preparado defensas para incursiones menores, se vio superado cuando unos 3.000 milicianos accedieron al territorio. El Tribunal Supremo suspendió temporalmente la investigación sobre los fallos del Ejército y la agencia de inteligencia Shin Bet debido a la guerra en curso. El Ejército israelí está realizando su propia investigación interna con resultados esperados en julio.

A nivel político, la brecha de seguridad del 7 de octubre resultó en pocas consecuencias, con solo dos dimisiones importantes en el estamento militar. El movimiento ciudadano y la oposición han exigido la dimisión del primer ministro Benjamín Netanyahu y la convocatoria de elecciones anticipadas.

Las autoridades israelíes argumentan que las investigaciones deben postergarse para no interferir con la guerra en Gaza, donde han muerto más de 37.300 palestinos. Entre los dimitidos está el general Aharon Haliva, jefe de la inteligencia militar, y el general de brigada Avi Rosenfeld.

El jefe del Shin Bet, Ron Bar, asumió responsabilidad pero continúa en el cargo. El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, pidió a Israel que detenga sus violaciones de derechos humanos en Gaza. Amos Hochstein, mediador estadounidense, advirtió sobre la escalada entre Hizbulá e Israel durante una visita mediada por Joe Biden.

Los ataques israelíes continúan, con bombardeos recientes en Nuseirat y Bureij, dejando 17 muertos. Rafah sigue siendo un punto de conflicto, con 65.000 personas aún en la ciudad. El Ejército israelí informó haber eliminado más de 500 combatientes de Hamás y desmantelado dos batallones en la última jornada.

Las protestas en Jerusalén contra Netanyahu dejaron tres hospitalizados y nueve detenidos, con cargas policiales al intentar acceder a la casa del primer ministro. La manifestación es parte de una semana de protestas antigubernamentales exigiendo elecciones anticipadas.

Jerusalén (EFE).- La inteligencia israelí conocía “con alto grado de precisión” y con antelación al 7 de octubre los planes de Hamás para secuestrar a entre 200 y 250 personas, entre civiles y militares, según información a la que ha tenido acceso la emisora pública israelí Kan, publicada este martes.

Por EFE

El Ejército conocía “con un alto grado de precisión” los planes de la organización islamista, según reveló Kan, cuya cadena de televisión mostró anoche un informe de inteligencia publicado tres semanas antes del ataque en suelo israelí, en el que murieron unas 1.200 personas y fueron secuestradas otras 251.

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El informe contiene información sobre los entrenamientos de los milicianos para infiltrarse en bases del Ejército, que antes del 7 de octubre solo estaba preparado para la incursión de decenas de milicianos a través de tres puntos, un escenario muy inferior a los en torno a 3.000 que accedieron a territorio israelí en el ataque.

Este domingo, el Tribunal Supremo ordenó suspender temporalmente la investigación sobre los fallos del Ejército y del Shin Bet, la agencia de inteligencia interna, que permitieron la incursión de Hamás, al considerar que era contraproducente hacerlo mientras está en curso la guerra.

El Ejército israelí ha abierto su propia investigación interna sobre los fallos que permitieron el ataque de Hamás, y se espera que se conozcan sus conclusiones en el mes de julio.

La brecha en la seguridad israelí que planteó el 7 de octubre apenas ha tenido consecuencias sobre las autoridades, con sólo dos dimisiones de relevancia en el estamento militar, mientras el primer ministro, Benjamín Netanyahu, aún no ha asumido responsabilidades políticas al respecto, a pesar de que un amplio movimiento ciudadano y la oposición le reclaman la convocatoria de elecciones anticipadas por esos fallos y su gestión de la guerra.

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El argumento habitual de las autoridades israelíes para postergar estas investigaciones es que se inmiscuyen con la guerra en Gaza, en la que han muerto más de 37.300 palestinos.

El pasado 22 de abril se produjo la primera dimisión a raíz de los ataques al abandonar su cargo el jefe de la inteligencia militar israelí, el general Aharon Haliva, tras 38 años de servicio militar.

La segunda no llegó hasta el pasado 9 de junio, cuando el general de brigada Avi Rosenfeld abandonó su cargo al no haber podido proteger “a las comunidades (fronterizas de Gaza), a miles de residentes, a miles de participantes en el festival de música de Reim y a las fuerzas estacionadas en los puestos de avanzada”.

En octubre, el jefe del Shin Bet, Ron Bar, pidió disculpas por lo ocurrido el 7 de octubre y asumió su responsabilidad, pero de momento sigue en el cargo.

El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, pidió a Israel que ponga fin a sus violaciones de los derechos humanos -que según informes de Naciones Unidas pueden constituir crímenes de guerra- en Gaza.

Por su parte, el mediador estadounidense Amos Hochstein advirtió en Beirut de que la situación se ha vuelto “muy seria” ante la escalada entre el grupo chií libanés Hizbulá e Israel, lo que ha motivado su actual visita al Líbano a petición del presidente de EE.UU., Joe Biden.

Mientras tanto, la guerra continúa. Al menos 17 personas murieron durante los bombardeos israelíes de la pasada noche contra el campamento de refugiados de Nuseirat y Bureij, en el centro de la Franja de Gaza, según la agencia palestina Wafa.

El Ejército de Israel mantiene sus operaciones contra la ciudad de Rafah, en el extremo sur de la Franja y fronteriza con Egipto, a pesar de haber anunciado el domingo una “pausa táctica” de sus actividades entre el paso de Kerem Shalom y el Hospital Europeo de Jan Yunis (sur), en torno a la carretera de Salah al Din, para permitir la entrada de ayuda humanitaria.

Apenas 65.000 personas siguen en Rafah, donde llegaron a hacinarse 1,4 millones de evacuados, tras huir del avance israelí, según anunció el lunes la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA).

El Ejército israelí aseguró además en un comunicado haber matado a varios milicianos en combates “cuerpo a cuerpo” en el centro de Gaza y en Rafah, el extremo sur de la Franja, en el último día.

Ayer, las fuerzas armadas israelíes aseguraron haber eliminado a más de 500 combatientes del grupo islamista Hamás en esta ciudad sureña, donde a principios de mayo comenzó una operación militar ampliamente criticada por la comunidad internacional.

A raíz de los ataques, dos de los cuatro batallones de Hamás en la localidad han quedado prácticamente desmantelados, mientras que los dos restantes se encuentran “a niveles bajos de operatividad”, según las fuerzas armadas.

Los ataques israelíes de las últimas 24 horas en la Franja de Gaza dejaron 25 víctimas mortales, por lo que la cifra total de muertos llegó a 37.372 tras más de ocho meses de guerra, según los datos publicados este martes por el Ministerio de Sanidad gazatí, controlado por Hamás.

Además, en torno a unos 10.000 cuerpos continúan atrapados bajo los escombros sin que las ambulancias o los equipos de rescate hallan podido acceder a ellos, defiende el ministerio.

Por otro lado, tres personas fueron hospitalizadas y al menos nueve fueron detenidas en las multitudinarias protestas en Jerusalén contra el Gobierno de Benjamín Netanyahu que terminaron en choques con la policía a última hora del lunes, según informaron hoy medios israelíes.

“A última hora comenzaron disturbios y un violento motín en la calle Gaza de Jerusalén por parte de cientos de alborotadores que se amotinaron allí”, recogió un comunicado de la policía sobre los incidentes ocurridos al final de la manifestación, cuando parte de sus participantes trataron de protestar ante la casa de Netanyahu.

Al término de la manifestación, que comenzó en torno a las 19:00 hora local (16:00 GMT) ante la Knéset (Parlamento), y en la que participaron unas 150.000 personas según sus organizadores, los manifestantes trataron de romper las barreras policiales para acceder a los alrededores de la casa del primer ministro, desencadenando las cargas policiales.

La manifestación se engloba en el marco de una semana de protestas antigubernamentales, críticas con la gestión de Benjamín Netanyahu, para exigir la convocatoria de elecciones anticipadas.

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