Trump regresa tras atentado: promete deportaciones masivas y acusa a demócratas
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El expresidente y candidato republicano a la Presidencia, Donald Trump, regresó a Pensilvania tras el atentado del 13 de julio, en el cual fue herido en la oreja derecha y falleció uno de sus simpatizantes. Trump prometió volver a Butler, lugar del ataque, y seguir organizando mítines al aire libre.
El republicano pidió un momento de silencio por Corey Comperatore, una de las víctimas del tiroteo perpetrado por Thomas Crooks. Luego, criticó a Kamala Harris y desafió a la vicepresidenta a un debate.
Trump también abordó temas como la eliminación de impuestos a las propinas, el recorte de financiación a escuelas con mandatos de vacunación infantil, y prometió “la mayor deportación en nuestra historia”. Continuó atacando a los demócratas y culpándolos de diversos problemas, incluyendo el aumento de grupos delictivos.
El expresidente afirmó que los demócratas intentan convertir a EE.UU. en un “país comunista” y presentaron a Harris como una nueva Margaret Thatcher. Trump insistió en la importancia de la votación anticipada y criticó a Harris por ser “controlada por donantes”.
Acusó a Harris de usar su identidad afroamericana políticamente y afirmó que ella está controlada por los donantes, sugiriendo que él no puede ser comprado ni controlado. Harris se someterá al voto de los delegados del partido y podría confirmarse como nominada antes del 5 de agosto.
Harrisburg, EE.UU. (EFE).- El expresidente estadounidense y candidato republicano a la Presidencia, Donald Trump, regresó por primera vez al estado de Pensilvania tras el atentado del pasado del 13 de julio contra su vida y prometió volver a la localidad (Butler) en la que fue herido, además de seguir haciendo concentraciones al aire libre.
Trump solo usó sus primeros minutos en Harrisburg, capital de Pensilvania, para recordar el atentado de Butler en el que lo alcanzó una bala en la oreja derecha y falleció uno de sus simpatizantes: “no debería estar aquí hoy”, aseguró el exmandatario.
El candidato republicano prometió regresar a Butler pronto y seguir organizando mítines al aire libre, algo que desde su atentado ha dejado de hacer, para que puedan asistir más personas.
El republicano pidió un momento de silencio por la muerte de Corey Comperatore, la persona que falleció en el público por los tiros de Thomas Crooks, un joven de 20 años que intentó asesinar al republicano y terminó abatido por un francotirador del Servicio Secreto.
Después de ese momento de recogimiento, el republicano pasó al ataque contra Kamala Harris, frente a unos 14.000 asistentes en el New Holland Arena, un estadio pensado para ferias ganaderas y rodeos, que Trump comparó con el Madison Square Garden.
“Tras el tiroteo pensaron que iba a ser más agradable”, bromeó Trump, que ante este grupo de votantes de una zona industrial venida a menos prometió eliminar los impuestos a las propinas y a quitar la financiación a escuelas con mandatos sobre vacunación infantil.
Trump volvió a usar la inmigración para azotar el miedo en esta campaña electoral, prometió bajo un clamoroso aplauso “la mayor deportación en nuestra historia” y criticó a los demócratas por permitir que grupos delictivos como el venezolano “Tren de Aragua” maten policías en Estados Unidos.
El republicano, que está empatado en las encuestas en el estado crucial de Pensilvania con Harris, afirmó que los demócratas “nos quieren convertir en un país comunista” y que están “reinventando” a su virtual candidata. “De repente es una nueva Margaret Thatcher”, la fallecida primera ministra conservadora británica, señaló.
Trump dijo que su victoria en noviembre va a ser “demasiado grande para defraudar”, mientras que en las pantallas se pedía a sus simpatizantes que votaran de manera anticipada, la práctica que hace cuatro años el exmandatario tildó de fraudulenta y que ahora es vital en uno de los primeros estados del país en comenzar a votar por correo y por adelantado.
El republicano tachó a su probable rival en las elecciones presidenciales de “antiamericana” e “izquierdista radical”, pocas horas después de haber sugerido en Chicago, frente a una congregación de periodistas negros, que comenzó a usar su identidad afroamericana con motivo electoralista.
La Casa Blanca dijo que esos comentarios fueron “repulsivos”, y poco antes de que Trump subiera al escenario en Harrisburg, los organizadores insistieron en esa polémica al proyectar titulares de prensa que definían a Harris como la primera senadora indio-americana, incidiendo en esa caracterización, pese a que la vicepresidenta ha presumido públicamente de su herencia negra e india.
Trump dijo que Harris está controlada por los donantes que la colocaron ahí en un proceso de primarias en el que obtuvo “cero votos”.
“A mi no puede comprarme ni controlarme como a ella”, indicó.
Harris tendrá que someterse al voto de los delegados del partido elegidos en el proceso de primarias a partir de mañana y podría confirmarse como nominada oficial del partido para enfrentarse a Trump antes del 5 de agosto.