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¡Crisis en Venezuela! El Secreto Detrás de los Ascensos Militares

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Ayer se celebró un acto cargado de patriotismo en Carabobo, encabezado por el presidente Nicolás Maduro y altos mandos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB). En el evento se destacó la lealtad de la FANB hacia la Constitución y el pueblo venezolano. Sin embargo, la ausencia habitual de Maduro en el desfile del 5 de julio y la política de ascensos militares sin plazas disponibles generaron críticas dentro del sector militar.

Mientras tanto, los mensajes del candidato Edmundo González y María Corina Machado sobre la FANB fueron recibidos positivamente. Machado, en particular, expresó su intención de reencauzar la institucionalidad de la FANB y destacó su alianza con los militares para lograr un futuro compartido. No obstante, también se denunció la presión interna y la desinformación, ejemplificado en la manipulación de un video sobre Machado por el general Domingo Hernández Lárez.

El vicepresidente, designado por Maduro, es un cargo esencial en la estructura gubernamental, con la figura del general en jefe Vladimir Padrino López como posible candidato. Padrino López mantiene su influencia en la FANB y podría ser estratégico en el caso de una derrota electoral de Maduro el 28 de julio. Este movimiento, según fuentes castrenses, es para asegurar la continuidad de la “revolución” incluso ante un revés electoral.

En actos oficiales recientes, Maduro reconoció la importancia del poder militar y agradeció a los oficiales ascendidos por su lealtad. Sin embargo, dentro del chavismo no hay una figura clara que pueda dirigir la “revolución” tras Maduro, con ciertos sectores rechazando a figuras como Diosdado Cabello.

Ante este contexto, el Alto Mando Militar y otros sectores dentro de la FANB consideran fundamental que un oficial con ascendencia dentro de la fuerza armada ocupe la Vicepresidencia para garantizar estabilidad y continuidad. Además, la Constitución venezolana establece que el Vicepresidente debe asumir en caso de una falta absoluta del Presidente, lo cual también es relevante ante las próximas elecciones y los posibles cambios en la estructura del Estado.

Pese a que los obligan a oír, participar en actos de campaña y reportar su asistencia, también han evaluado los mensajes del candidato Edmundo González y de María Corina Machado como positivos.

En el mundo militar le dan importancia a lo simbólico y la estructura de mando, por lo que no entienden la ausencia de Maduro en el desfile del 5 de Julio y el por qué se aprueban ascensos sin que hayan puestos para ellos. Maduro habló desde la Academia Militar, pero por tercer año consecutivo no presenció el acto desde la tribuna presidencial en el Paseo Los Próceres.

Machado dijo: “Algunos agentes oficiales desarrollan la narrativa de que nosotros somos enemigos de la FANB, al contrario, somos aliados para re-encauzar la institucionalidad que tanto demanda la nación, queremos un futuro brillante y compartido, donde promoción tras promoción cumpla con sus deberes y como consecuencia la sociedad y los gobiernos reconozcan sus méritos”.

La propuesta es considerada estratégica por un grupo de militares debido a razones políticas mencionadas, pero también porque tendría asidero constitucional, explicaron.

En cambio, denuncian la presión interna, los abusos y a la campaña de desinformación que, por ejemplo, se hizo eco el comandante estratégico operacional de la FANB, general Domingo Hernández Lárez, al difundir un video manipulado sobre María Corina Machado.

En los ascensos de 467 oficiales de la Casa Militar y 47 de la Dirección General de Contrainteligencia manifestó: “En estos años hemos logrado ver reconstruirse a la Dgcim, desde adentro y convertirse en uno de los cuerpos de investigación más poderosos de este continente. Yo debo mi vida a ustedes y les puedo decir que estoy profundamente agradecido y sé que la patria debe su vida y su paz a ustedes también”.

El vicepresidente puede ser designado por el presidente siempre que no tenga consanguinidad, es decir sea un familiar del mandatario; es un cargo de libre remoción, si así lo considera el jefe de Estado o lo decide el Parlamento, a través de un voto de censura.

La jugada, esbozada en medio del debate de los ascensos militares, tiene otra variable: en caso contrario, si logran que el fraude se imponga mediante la fuerza, las fichas de la FANB ocuparían otra silla preferencial en Miraflores, una como ministro de la Defensa, la que ya ocupa Padrino López, y otra como vicepresidente. Es decir, seguirían en el control de las decisiones y, si algo le pasase a Nicolás Maduro, lo sustituirían de manera constitucional, legal y política, con la venia de los grupos existentes en el chavismo, sin que haya un “trauma en los cuarteles”.

El Vicepresidente es el segundo cargo más relevante en el Estado venezolano, es jefe del Consejo Federal de Gobierno, integrado por ministros, gobernadores y alcaldes, y está en la “línea de sucesión presidencial”.

La figura que proponen para la Vicepresidencia es el general en jefe Vladimir Padrino López, que debió pasar a retiro de la FANB hace tres años atrás, pero él alega tener la autoridad para secundar a Maduro debido, entre otras, por su ascendencia en la institución armada y porque saben del revés electoral que sufrirán el 28 de julio, y temen por el fin de “la revolución”.

Ante la coyuntura electoral y la posible derrota electoral, política y social de las elecciones presidenciales, el Alto Mando Militar centra su atención en la Vicepresidencia de la República, como opción para Vladimir Padrino López, revelaron fuentes castrenses, quienes tuvieron acceso a las conversaciones de alto nivel, en las cuales se han evaluado los diversos escenarios que puedan presentarse y han resuelto algunos planes para ejecutarlos, cuando sea necesario, como el control del orden interno, a través de las operaciones Guaicaipuro y Zamora.

“El grupo de militares, que quieren la Vicepresidencia quiere salvar la revolución pero ven a Nicolás Maduro como un obstáculo para la consecución de este fin, así que seguirán presionando”, revelaron las fuentes.

Aunque, en “tiempo del chavismo”, no priva lo legal ni lo lógico, hay militares que admiten que tendrían fuerza para negociar si están al frente de quienes tomarán las futuras decisiones, explicaron dirigentes del PSUV al ser consultados sobre el tema.

Si Rodríguez es sustituida antes del 28 de julio implica que la corriente de su hermano Jorge, Cilia Flores y Maduro han entendido el riesgo que corre la revolución. “(El Alto Mando) ve un escenario en las calles muy similar a los días previos al 11 de abril de 2002 y saben que están perdidos y que deben salvar el proceso”, indicó una fuente.

En los actos oficiales por la Batalla de Carabobo, los ascensos militares y el Día de la Independencia, Maduro confesó que le debe la vida a los militares y, en particular, su permanencia o supervivencia como mandatario.“Perfecta armonía y unión basada en el amor a la patria. Del poder militar venezolano y del poder popular venezolano. Es una de las más grandes arquitecturas que hemos construido a lo largo de estos años y que Venezuela goza de buena salud en su vida institucional militar”, dijo Maduro el 3 de julio, en el acto de ascenso de 234 oficiales, entre ellos 79 generales de División y vicealmirantes; 87 generales de División y contralmirantes.

La otra razón esgrimida es que en el seno del chavismo no hay un dirigente de valor o de peso que pueda dirigir los destinos de la “revolución bolivariana”. Diosdado Cabello es rechazado hasta en el PSUV y en la FANB, a él sólo lo sigue un grupo reducido que aunque están en puestos clave, como la inteligencia militar o el Seniat, pueden ser cambiados y colocados otros que respondan a Padrino López.

En los ascensos de julio de este año colocaron la preseas a 25 generales de División de Comando, 30 generales de Brigada de Comando, y una general de Brigada en categoría de asimilada. Un total 2.000 altos oficiales sin cargos de responsabilidad, desde Hugo Chávez hasta ahora.

Los temores del Alto Mando Militar sólo se suscriben a ellos, pues un cambio de gobierno implicaría la designación de otros oficiales. Sin embargo, en el seno de la FANB, la mayoría no perciben las amenazas, ya que entienden que si el pueblo se expresa por un nuevo presidente están obligados a obedecer por mandato constitucional.

Desde 1999, cuando se restituyó el cargo de Vicepresidente por la Asamblea Constituyente, sólo dos militares han ocupado ese lugar: Cabello, con un breve período entre el 13 de enero al 14 de abril de 2002; y Ramón Carrizales, entre el 3 de enero de 2008 y el 27 de enero de 2010. Estos oficiales retirados tenían encima la sombra de Hugo Chávez y carecían de influencia para secundarlo.

El 5 de julio, González le habló a la FANB: “Soldados de la Fuerza Armada Venezolana, el pueblo venezolano les pide hacer valer los resultados de su decisión electoral y darle cumplimiento de los artículos 328, 329, 330 y 331 de la Constitución Nacional”.

Tras el otro “objetivo estratégico”, como es tener control del segundo cargo en la estructura del Estado venezolano, un sector militar planteó a Maduro que la silla de Carmelitas debe estar en manos de un oficial de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) con el fin de que, en los próximos seis meses, el nuevo presidente electo reconozca el peso político de los militares y los consulte, de cara a la transición.

Por El Nacional

El resto de los vicepresidentes han sido civiles, los que han fungido como segundos al mando. Isaías Rodríguez fue el primero, entre el 20 de diciembre de 1999 y 24 de diciembre de 2000; y, en este momento, está Delcy Rodríguez, designada el 14 de junio de 2018, pero que está de reposo, debido a un accidente en Cumanacoa, que sufrió cuando un árbol cayó el auto oficial, en que andaba junto al gobernador de Sucre, Gilberto Pinto, en momentos que supervisaban la zona afectada por inundaciones.

Al menos desde el punto legal y lógico, Miraflores debe designar una comisión de enlace para el cambio de mando y la responsabilidad recae en el presidente y el vicepresidente, sí el primero lo decide.

La Constitución, en los artículos 233 y 234, establece que, en el caso de una falta absoluta del Presidente de la República, el Vicepresidente debe sustituirle, y en última instancia, la responsabilidad recaería en los representantes de los poderes Judicial o Legislativo.

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