Desde el 14 de abril pasado, cuando hizo una oferta de USD 44.000 millones para comprar la red social Twitter, hasta el día de ayer, cuando informó que desistía de hacerla, la fortuna personal de Elon Musk cayó en USD 65.000 millones, más del doble de los menos de USD 29.000 millones que actualmente vale la empresa, que ahora podría demandarlo y exigirle el pago de USD 1.000 millones por incumplir con el contrato de oferta.
Por Infobae
La capitalización de la red de microblogging había llegado a un máximo de USD 57.000 millones en febrero de 2021, pero había perdido gran parte de su valor hacia marzo de este año, cuando Musk intensificó los indicios de que pretendía adquirirla.
La saga se había iniciado el 31 de enero, cuando el cofundador y principal accionista de Tesla y hombre más rico del mundo comenzó a aumentar su participación en Twitter, hasta superar en marzo el 5% y convertirse hacia principios de abril, con más del 9%, en su principal accionista.
Mientras tanto, Musk hacía declaraciones pública y por la propia red sobre la empresa, afirmando por caso que su algoritmo debería ser de “código abierto” y cuestionando su compromiso con la libertad de expresión.
A fines de marzo se contactó incluso con Jack Dorsey, cofundador y exCEO de Twitter, para discutir sobre “la futura discusión de las redes sociales”.
Hay oferta
Finalmente, después de tantas insinuaciones y aproximaciones, el 14 de abril, tras haber primero aceptado y luego renunciado a integrar el Consejo de Administración de Twitter, Musk ofreció comprarla por USD 44.000 millones. La capitalización de mercado de la empresa oscilaba entonces en torno de los USD 35.000 millones, pero Musk decía que valdría mucho más.
“Invertí en Twitter porque creo en su potencial para ser la plataforma de la libertad de expresión en todo el mundo y creo que la libertad de expresión es un imperativo de la sociedad para que la democracia funcione. Pero desde que realicé mi inversión me di cuenta de que la empresa no prosperará ni servirá a este imperativo social en su forma actual. Twitter debe transformarse en una empresa privada”, escribió Musk en su carta de oferta.
Se inició entonces un conflicto entre el Consejo de Administración de Twitter y el hombre más rico del mundo, que mientras tanto consiguió un plan de financiación de USD 46.500 millones, vendió acciones de Tesla por unos USD 8.500 millones (lo que fue interpretado entonces como signo inequívoco de que estaba dispuesto a concretar la operación) y hubo noticias sobre aportes de Larry Ellison, el fundador de Oracle, la plataforma de criptomonedas Binance y Sequoia Capital, un fondo de inversión.
No va más
Finalmente, después de muchas idas y vueltas, este viernes Musk alegó que Twitter no había suministrado toda la información comercial relevante para concretar la operación. Una controversia fue el porcentaje de spam en las cuentas de la red social, que no debía ser mayor al 5 por ciento. Según Twitter, las cuentas de spam no llegan al 5% de su base de usuarios activos y que para calcular cuántas cuentas son “spam malicioso” la empresa revisa diariamente “miles de cuentas” al azar usando datos públicos y privados, desde direcciones de IP, números de teléfono y recursos de geolocalización, lo que le permite eliminar decenas de miles de cuentas falsas por día.
Algunos analistas sospechaban en las últimas semanas que Musk buscaba retirar su oferta o renegociar un precio más bajo, tanto por la caída de su propia fortuna como del valor de mercado de Twitter, que a principios de julio cayó por debajo de USD 29.000 millones y ayer retrocedió más del 6% tras el desistimiento de Musk.
Según señala el portal Business Insider, desde que en abril realizó su oferta por Twitter, la fortuna personal de Musk, muy ligada a sus acciones en Tesla, cayó en USD 65.000 millones. Esto es, una vez y media la suma que había ofertado por Twitter y más de dos veces lo que la red social vale en la actualidad. Entre abril y julio el valor de Tesla cayó USD 200.000 millones y el de Twitter más de USD 10.000 millones.
La próxima batalla legal probablemente sea por una multa de USD 1.000 millones por la opción de desistimiento, que el directorio de Twitter intentará hacer valer, aunque Musk alega la operación se cayó porque la empresa no le dio toda la información que debía.