El acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, firmado tras 25 años de negociaciones, marca un hito en las relaciones económicas entre ambas regiones. Este tratado, uno de los mayores a nivel mundial, busca diversificar mercados y fortalecer la cooperación en un contexto de creciente competencia global.
Pese al entusiasmo, enfrenta desafíos, especialmente por discrepancias en la UE sobre temas ambientales y agrícolas. Francia se opone, citando competencia desleal y riesgos ambientales, mientras que Alemania y España lo respaldan por su potencial económico.
El tratado cubrirá un mercado de más de 780 millones de personas, con un intercambio comercial anual de 109.500 millones de euros. Entre los principales productos europeos exportados al Mercosur están materiales de transporte y productos farmacéuticos. El Mercosur, a su vez, exporta principalmente ganado y productos petrolíferos.
El acuerdo eliminará gradualmente aranceles, ahorrando a empresas europeas unos 4.000 millones de euros al año y fomentando inversiones en energías renovables y tecnologías avanzadas en Sudamérica. La implementación dependerá de abordar preocupaciones ambientales y de un comercio justo. La ratificación deberá ser aprobada por los 27 Estados de la UE y los países del Mercosur, prolongando el proceso debido a diversas prioridades nacionales.
Por Manuel Fuentes |
Por EFE
Redacción América (EFE).- El acuerdo comercial firmado el viernes entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur marca un hito en las relaciones internacionales y económicas entre ambas regiones. Este tratado, fruto de un cuarto de siglo de negociaciones, es un reflejo de las complejas dinámicas de intereses políticos, económicos y ambientales que caracterizan la cooperación global contemporánea.
El acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur representa una oportunidad sin precedentes para ambas regiones. Más allá de los desafíos, este tratado puede marcar el inicio de una nueva era de cooperación económica, siempre y cuando se gestionen adecuadamente las tensiones ambientales y políticas.
La relación entre la UE y el Mercosur comenzó a consolidarse en 1995 con el Acuerdo Marco Interregional de Cooperación, que sentó las bases para negociaciones más profundas. A pesar de este inicio prometedor, los progresos fueron lentos debido a diferencias fundamentales en políticas comerciales y agrícolas.
Fue en junio de 2019 cuando se alcanzó un “acuerdo de principio”, calificado como histórico por ambos bloques. Este avance fue un reconocimiento de la necesidad de profundizar la integración económica y explorar nuevas oportunidades de comercio.
El acuerdo Unión Europea-Mercosur marca una histórica cumbre y da alas al bloque suramericano
El pacto fue descrito como uno de los más relevantes a nivel mundial, dada la magnitud del impacto económico y político que podría generar.
El acuerdo, además, reflejaba un interés estratégico por diversificar mercados y fortalecer la cooperación entre Europa y Suramérica, en un contexto de creciente competencia económica global.
A pesar del entusiasmo inicial, la ratificación del acuerdo se enfrentó a numerosos desafíos, especialmente por las discrepancias entre los Estados miembros de la UE. Los principales puntos de tensión giraron en torno a cuestiones ambientales, agrícolas y de sostenibilidad:
Francia, liderada por el presidente Emmanuel Macron, se posicionó firmemente en contra del acuerdo, argumentando que este podría generar una competencia desleal para los agricultores europeos.
También expresó preocupaciones sobre el incumplimiento de estándares ambientales por parte de los países del Mercosur, y alertó sobre los riesgos para la sostenibilidad y los compromisos climáticos globales.
Sin embargo, países como Alemania y España respaldaron el acuerdo, reconociendo su potencial para diversificar el comercio europeo y acceder a mercados emergentes.
Desde una perspectiva geopolítica, el acuerdo es visto como un contrapeso frente al fortalecimiento de otros bloques comerciales, como el de China en América Latina.
Uno de los mayores retos fue la percepción de que los países del Mercosur no adoptan políticas suficientemente estrictas para proteger sus recursos naturales, especialmente en lo relacionado con la deforestación de la Amazonía.
El acuerdo UE-Mercosur establece un mercado potencial significativo y una amplia gama de sectores productivos implicados.La Unión Europea y el Mercosur representan una población combinada de más de 780 millones de personas, lo que hace que el acuerdo cubra uno de los mayores mercados del mundo.
Según datos del servicio de estudios estadísticos de la Comisión Europea (Eurostat), el intercambio comercial entre ambas regiones supera los 109.500 millones de euros (115.904 millones de dólares) anuales.
En 2023, las exportaciones de Europa hacia el Mercosur alcanzaron un valor de 55.700 millones de euros (58.957 millones de dólares), mientras que las importaciones provenientes de esta región sumaron una cifra similar de 53.800 millones de euros (56.946 millones de dólares).
Entre los principales productos exportados por la Unión Europea al Mercosur destacan materiales de transporte, productos farmacéuticos y piezas de automóviles, que en conjunto representan el 35 % del valor total exportado.
Por otro lado, el Mercosur exporta principalmente ganado y piensos, así como productos petrolíferos y minerales, los cuales en conjunto representan el 70 % del valor total de las importaciones europeas.
Este acuerdo busca potenciar estas cifras mediante la eliminación gradual de aranceles en bienes y servicios.
Respecto a las energías renovables, se espera una inversión significativa en proyectos sostenibles, especialmente en países del Mercosur. Además, la Unión Europea podría exportar más servicios digitales y tecnologías avanzadas.
Este histórico acuerdo permitirá a los países de la Unión Europea asegurar y diversificar sus cadenas de suministro, y crear nuevas oportunidades para todo tipo de empresas, al eliminar aranceles sobre las exportaciones al Mercosur, y ahorrar a las empresas del bloque europeo 4.000 millones de euros (4.243 millones de dólares) en aranceles al año.
Adicionalmente, se prevé que el tratado fomente una mayor inversión europea en infraestructura, tecnologías verdes y manufactura en Suramérica.
Este 6 de diciembre, las delegaciones de ambos bloques se reunieron en Montevideo para concretar la firma del acuerdo comercial. Este evento no solo representa el final de un proceso diplomático complejo, sino también el inicio de un camino lleno de desafíos.
Aunque la firma del acuerdo es un hito significativo, el proceso de ratificación y la implementación efectiva enfrentan varios obstáculos.
El acuerdo debe ser aprobado por los 27 Estados miembros de la UE y los países del Mercosur, un proceso que podría prolongarse debido a las diferentes prioridades nacionales.
La implementación del acuerdo dependerá en gran medida de cómo los países involucrados aborden las preocupaciones ambientales y garanticen un comercio justo y sostenible.
Este tratado tiene el potencial de diversificar los flujos comerciales, fomentando inversiones en sectores clave como la agricultura, la tecnología y las energías renovables.
En un entorno global marcado por tensiones geopolíticas, el acuerdo UE-Mercosur puede fortalecer la posición de ambas regiones frente a potencias como China y Estados Unidos.
Presidenta de México insta a proteger relación comercial América-USA ante China
¡Brasil obstaculiza flexibilización del Mercosur!
¡El acuerdo comercial UE-Mercosur pone en jaque al gobierno!
¡La Unión Europea pone en jaque a Mercosur en histórica reunión!
¡Descubre el impactante aumento del déficit comercial de EE. UU. en 2024!
¡Alerta! Macron bloquea acuerdo histórico UE-Mercosur.