“Estoy sin palabras. Como mamá, estoy totalmente triste porque mis hijos se sienten defraudados, con ganas de irse, despidiéndose de mí; como madre, me siento con el corazón partido, y no queda otra cosa que trabajar.”
Cerca del mediodía, comenzó a resonar un fuerte cacerolazo en Caracas. La mujer declaró que muchas madres en Venezuela se sienten así. Ante el descontento y la impopularidad del gobernante, los ciudadanos bajaron a protestar.
Caracas amaneció en tensa calma por el fraude electoral denunciado por la oposición, después de que Elvis Amoroso declaró a Nicolás Maduro ganador de las elecciones con más de 5 millones de votos. Un ciudadano expresó su incredulidad ante los resultados.
En la plaza Francia de Altamira y en la parroquia Sucre, había presencia de agentes de seguridad y militares, y la gente expresaba su descontento. La tensa calma se extendía hacia Petare, donde el chavismo solía triunfar.
Cientos de ciudadanos protestaron en Caracas, y la Guardia Nacional y la Policía Nacional Bolivariana detuvieron a varias personas que reclamaban por el fraude. Las manifestaciones fueron reprimidas.
En la popular parroquia Sucre de Caracas, ciudadanos quemaron cauchos y troncos para expresar su rechazo contra los resultados anunciados por Elvis Amoroso. El Nacional constató un ambiente de desazón, contrario a la celebración anunciada por el régimen.
“Estoy sin palabras. Como mamá, estoy totalmente triste porque mis hijos se sienten defraudados, con ganas de irse, despidiéndose de mí; como madre, me siento con el corazón partido, y no queda otra cosa que trabajar. Hay vainas que son increíbles de creer”, manifestó una mujer que se dirigía a su trabajo, un ente público.
Cerca del mediodía, cuando la ciudad medianamente se activaba, comenzó a resonar un fuerte cacerolazo, tanto en los barrios como en las zonas privilegiadas.
La mujer declaró que así como se siente ella, seguramente se sienten muchas madres en Venezuela.
Pero ante el descontento, y la impopularidad del gobernante, los ciudadanos “bajaron de los cerros” a protestar.
Caracas amaneció en una tensa calma por el fraude electoral, que denunció la oposición, después de que Elvis Amoroso, presidente del Consejo Nacional Electoral, dijo que Nicolás Maduro ganó las elecciones presidenciales con más de 5 millones de votos, por encima del candidato democrático Edmundo González Urrutia.
“Queríamos cambiar Venezuela, da tristeza porque yo nunca había visto a Venezuela así, en 47 años que tengo, primera vez que yo vivo esto. Me da tristeza y ya hay que se venga y seguir en la lucha”.
@Luisdejesus_
Aquello de que los barrios eran chavistas ya es cosa del pasado.
“Lo lamento por ustedes, que sé que tienen que trabajar duro, piensen en sus familias, que la decisión que tomen como jóvenes siempre sea la mejor para ustedes y para su país. Irse del país no es fácil. Te habla una madre a la que sus hijos le dijeron que se van. Ellos no saben lo arrecho que es el mundo, porque aquí, como sea, por lo menos estamos juntos”, dijo al equipo de El Nacional.
El hombre dijo no estar convencido con los resultados de Elvis Amoroso.
Una mujer, que trabaja en un quiosco, dijo esta mañana a El Nacional que todo estaba “relajado” y señaló que las ventas habían estado bajas. La mayoría de los comercios de la zona estaban cerrados.
En la plaza Francia de Altamira, escenario de algunas de las imágenes más violentas de la represión chavista, había un grupo de agentes de seguridad del régimen y al menos 30 militares con equipos antimotín. Cerca de ellos, estaba sentada una mujer que admitió a El Nacional que estaba decepcionada porque el ganador del proceso, aseguró, fue Edmundo González.
“Nos robó las elecciones”, declaró a El Nacional un ciudadano que prefirió no decir su nombre.
Cree que Nicolás Maduro seguirá en el poder y que nada cambiará en el país.
González, candidato por la Plataforma Unitaria y apoyado ampliamente por la líder opositora María Corina Machado, supuestamente obtuvo 4.445.978 votos con 80% de las mesas escrutadas.
En la plaza de Catia dijo sentirse mal por la situación que ocurre en el país.
“Fui a votar por un futuro mejor para mí, para nuestros hijos y nietos, y salió todo mal. Esperaremos a ver qué puede pasar. Esperaremos todo lo mejor”, manifestó.
Mientras el fiscal general de la República, Tarek William Saab, afirmaba en una rueda de prensa que el país estaba en “fiesta” por la jornada electoral, la tensa calma se extendía hacia Petare. En este barrio, el más grande de Venezuela, el chavismo solía conseguir triunfos en los procesos electorales.
En Caracas, cientos de ciudadanos rompieron con la “tensa calma” y de forma espontánea, sin llamados de los dirigentes de oposición, salieron a las calles a protestar. La Guardia Nacional Bolivariana y la Policía Nacional Bolivariana detuvieron a varias de las personas que reclamaban por el fraude, según denuncias. Las manifestaciones fueron reprimidas.
Otro ciudadano, que estaba cerca, dijo que los protestantes eran “cinco pelagatos” y se mostró complacido con los cuestionados resultados: “El que ganó, ganó; el que perdió, perdió. Yo no soy árbitro electoral ni estadista (como para dudar de las cifras)”.
El hombre, que llevaba una franela con el colorido mapa usado por el gobierno para la campaña del referendo consultivo sobre el Esequibo, dijo que votó en la parroquia 23 de Enero, dominada por colectivos del chavismo.
Por El Nacional
En la popular parroquia Sucre de Caracas, que el régimen define como chavista, ciudadanos quemaron cauchos y troncos de árboles en la avenida principal, muy cerca del Palacio de Miraflores, para expresar su rechazo contra los resultados anunciados por Elvis Amoroso.
El Nacional constató, en un recorrido de oeste a este en horas de la mañana, que la desazón no se corresponde con la celebración que, en teoría, debía reinar después de la ”elección democrática» de un mandatario que supuestamente goza de una popularidad rotunda.