Cuando el régimen iraní extiende sus contactos en otras regiones, el crecimiento de sus tentáculos representa un mayor peligro para los disidentes, ya que los nuevos nodos persas pueden ser utilizados para facilitar la persecución fuera de su territorio.
Fue el caso de Masih Alinejad, una periodista que se fue de Irán en 2009, pero continuó bajo la mira de Teherán y fue blanco de un plan de secuestro frustrado por las agencias de Estados Unidos y revelado en julio de 2021, donde vive bajo custodia permanente.
Alinejad, activista por los derechos de las mujeres y opositora a la teocracia iraní, recibió un premio de derechos humanos en Ginebra en 2015 por crear una página de Facebook en la que invitaba a sus compatriotas a publicar fotos de sí mismas sin las prendas obligatorias. Es una figura destacada en los canales por satélite en lengua farsi en el extranjero, que tienen una visión crítica de Irán.
Por ello, nunca dejó de ser incómoda para el régimen, por más que viva a miles de kilómetros, y pasó a ser un objetivo de captura.
Según denunció el Departamento de Estado, el plan para llevarla a Medio Oriente era capturarla en Nueva York y trasladarla en lanchas rápidas de tipo militar hasta Venezuela, donde el régimen de Nicolás Maduro aseguraría su cautiverio para luego llevarla a su país natal.
Por ello, cuatro agentes iraníes fueron acusados en un tribunal federal de Manhattan de conspirar para el secuestro. Imposibilitados de detenerlos y procesarlos, Estados Unidos aplicó sanciones internacionales contra Alireza Shahvaroghi Farahani, presunto líder de la organización, y a Mahmoud Khazein, Kiya Sadeghi y Omid Noori.
Según la denuncia, Sadeghi sirvió de contacto entre la red y un investigador privado que indagó las opciones para trasladar a la periodista a Venezuela, y Noori fue el encargado del pago del investigador, mientras que Khazein indagó las posibles rutas desde la residencia de la víctima hasta los puntos para su “extracción”.
Uno de los cuatro acusados poseía un dispositivo electrónico que contenía un gráfico compuesto que mostraba una imagen de Alinejad junto a los otros dos disidentes, escribieron los fiscales en su acusación. Dijeron que una leyenda en el gráfico, en farsi, decía: “Poco a poco la reunión se hace más grande… ¿vienes, o tenemos que ir a por ti?”.
Además, los agentes iraníes lanzaron propuestas económicas a familiares de Alinejad para que acuerden un encuentro en otro país donde puedan secuestrarla, pero los parientes no aceptaron la oferta.
Alinejad sabía que todavía había algún riesgo, ya que meses atrás el FBI le recomendó no viajar al extranjero, pero no sabía que el complot podía llegar tan cerca. Cuando se enteró del plan fraguado, comentó a CNN: “No tengo miedo de morir o de ser ejecutada, lo que me aterroriza es que el mundo entero permanezca silencioso frente a un régimen de este tipo y lo autorice a llevar a cabo una opresión así en Estados Unidos. Es lo peor”.
Por su parte, Carlos Vecchio, representante diplomático de la oposición venezolana en EEUU, dijo en su cuenta de Twitter: “Nos solidarizamos con Masih Alinejad, valiente periodista y activista por la libertad que iba a ser secuestrada en Nueva York y llevada a Venezuela por el régimen de Irán con la ayuda y la complicidad de la dictadura de Maduro. Nadie está a salvo mientras estos regímenes malignos continúen oprimiendo a su pueblo”.