El presidente de EE.UU., Joe Biden, inicia un viaje a Angola para promover el corredor de Lobito, un proyecto ferroviario que conectará el puerto de Lobito con minas de cobalto en Zambia y la RDC. Este corredor es vital para reducir la dependencia de China en minerales esenciales para el desarrollo tecnológico.
El proyecto, impulsado por la Asociación para la Infraestructura y la Inversión Global, busca mejorar el tránsito de minerales desde Zambia y la RDC, reduciendo el tiempo de 45 días a menos de una semana. Durante su visita, Biden se reunirá con el presidente angoleño João Lourenço para discutir temas como infraestructuras y seguridad regional.
La visita también tiene el objetivo de fortalecer la relación entre EE.UU. y Angola, dejando atrás las tensiones de la Guerra Fría. La Casa Blanca espera consolidar el legado de Biden en África, aunque enfrenta críticas por no haber concretado sus propuestas para el continente.
Beatriz Pascual Macías |
Por EFE
Washington (EFE).- El presidente estadounidense, Joe Biden, inicia este domingo un viaje a Angola con el objetivo de impulsar el desarrollo de un corredor que conectará el puerto angoleño de Lobito, en el océano Atlántico, con las minas de cobalto en Zambia y el sur de la República Democrática del Congo (RDC), clave para reducir la dependencia de China en minerales.
El proyecto ferroviario, conocido como corredor de Lobito, tiene un gran valor estratégico para EE.UU. y para Europa porque les permitirá acceder a minerales imprescindibles para su desarrollo tecnológico, como el cobalto, el grafito y el litio, y reducir su dependencia de China, que ha monopolizado estos recursos durante décadas.
En declaraciones a la prensa, Frances Brown, la principal asesora del presidente para África, explicó que uno de los principales objetivos de Biden será promover el corredor de Lobito como modelo de desarrollo que pueda aplicarse en otras regiones de África, ayudando al progreso de las comunidades locales.
Durante el viaje, el presidente tiene previsto dar un discurso sobre la relación entre Estados Unidos y Angola, destacando la relevancia de este proyecto, añadió Brown.
El desarrollo del corredor de Lobito se está impulsando bajo la Asociación para la Infraestructura y la Inversión Global (PGII), una iniciativa del G7 creada en 2022 para contrarrestar la influencia de la Ruta de la Seda de China, que ha financiado grandes proyectos de infraestructura en todo el mundo.
Específicamente, el proyecto fue anunciado en septiembre de 2023, en el marco de la cumbre del G20 en Nueva Delhi, y desde entonces se han recaudado casi 5.000 millones de dólares (unos 4.760 millones de euros) en una primera fase de desarrollo.
Ahora, se dará inicio a una segunda etapa que contempla 800 kilómetros adicionales de vía ferroviaria entre Angola, Zambia y la RDC, que se sumarán a los 1.300 kilómetros ya existentes y en proceso de modernización.
Según Helaina Matza, coordinadora de EE.UU. para la PGII, la meta es reducir el tiempo de tránsito de los minerales desde Zambia y la RDC hasta el puerto de Lobito de 45 días a menos de una semana, lo que impactará significativamente en los mercados globales.
Otro de los momentos clave del viaje será la reunión de Biden con su homólogo de Angola, João Lourenço, con quien ya se encontró en 2021 y 2023.
En esta ocasión, ambos líderes tienen previsto abordar temas como infraestructuras, economía, cambio climático, seguridad regional y fortalecimiento de la democracia, indicó Brown.
Con este encuentro, la Casa Blanca busca resaltar la evolución de su relación con Angola, dejando atrás las tensiones de la Guerra Fría, cuando Estados Unidos apoyó a un movimiento rebelde en su lucha contra el Gobierno del Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA), respaldado por la Unión Soviética y Cuba.
Ese conflicto dejó a Angola con lazos más estrechos con Rusia y China que con Estados Unidos.
Sin embargo, en 2017, Lourenço, entonces ministro de Defensa, visitó Washington y firmó un memorando de entendimiento con Estados Unidos, abriendo el camino hacia una asociación estratégica que ha convertido a Angola en uno de los principales aliados estadounidenses en África.
Por último, la Casa Blanca busca que este viaje, probablemente uno de los últimos de Biden antes de que Donald Trump asuma la presidencia en enero de 2025, consolide su legado en África.
Al inicio de su mandato, en 2022, Biden acogió una cumbre de líderes africanos en Washington y argumentó que África tiene el peso político suficiente para influir en la toma de decisiones globales, incluyendo un lugar permanente para la Unión Africana en el G20.
Pese a este enfoque para el continente, analistas como Cameron Hudson, exdiplomático especializado en África, critican a la Administración por no haber concretado sus propuestas y creen que su estrategia se ha quedado en meras promesas.
Por eso, Hudson ve el viaje de Biden a Angola como un mero trámite para cumplir con la promesa que hizo de visitar el continente durante la cumbre en Washington de líderes de África, según escribe en un artículo del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS).
La visita de Biden a Angola fue inicialmente programada para septiembre de este año, pero tuvo que posponerse debido a los preparativos ante la llegada del huracán Milton en el sur de Estados Unidos.
Ahora, Biden llegará a Angola este martes con la esperanza de que su visión para África perdure más allá de su Presidencia.