La oposición mayoritaria de Venezuela ha cambiado su enfoque político debido a lo que consideran una “persecución” tras las presidenciales del 28 de julio, donde Nicolás Maduro fue declarado vencedor en un proceso considerado fraudulento por el antichavismo. María Corina Machado, una líder opositora, se encuentra en clandestinidad, y otros líderes, como Edmundo González Urrutia, han solicitado asilo en el extranjero.
Juan Pablo Guanipa, un colaborador opositor, menciona que la represión post-electoral ha forzado a muchos a operar desde la virtualidad. Esto ha transformado sus métodos políticos, limitando el contacto directo con la ciudadanía y generando un cambio hacia métodos virtuales de comunicación.
El Gobierno, mientras tanto, ha tachado los cuestionamientos al resultado electoral como intentos de un golpe de Estado. La oposición, a pesar de la represión, continúa denunciando la situación y afronta riesgos para mantener su compromiso con el pueblo. Más de 157 opositores y activistas están detenidos, y otros buscan refugio en sedes diplomáticas. Guanipa relata experiencias de persecución, pero sigue decidido a participar en futuras manifestaciones.
Carlos Seijas Meneses |
Por EFE
Caracas (EFE).- Miembros de la oposición mayoritaria de Venezuela pasaron de estar permanentemente en la calle a ejercer la política desde el resguardo y la virtualidad, ante la “persecución” que denuncian en su contra, sobre todo tras las presidenciales del 28 de julio, en las que Nicolás Maduro fue proclamado ganador, lo que el antichavismo considera fraudulento.
La líder María Corina Machado se encuentra en “la clandestinidad” desde el 1 de agosto, al temer por su “vida” y “libertad”, y ha salido de manera puntual a algunas manifestaciones, a las que ha llegado encubierta.
Según la exdiputada, fueron precisamente “las crecientes amenazas” las que impulsaron la salida del país del abanderado de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) -mayor bloque opositor-, Edmundo González Urrutia, quien llegó a España el 8 de septiembre, para pedir asilo al considerar que sufría persecución política y judicial en Venezuela.
Para Juan Pablo Guanipa, estrecho colaborador de ambos líderes opositores, si bien antes del 28 de julio “la persecución era una realidad”, después ha sido “incontenible”, con una “represión” contra “todos los dirigentes políticos”.
“Eso nos obligó a resguardarnos y, en mi caso, a salir puntualmente, cuando hay una convocatoria importante”, dijo a EFE el exdiputado, quien señaló que “muchos” dirigentes “nacionales, regionales, municipales y parroquiales”, incluso del “sector estudiantil”, están en esta situación.
El Gobierno, por su parte, señaló los cuestionamientos a los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) -que aún se desconocen de manera desagregada- como un intento de golpe de Estado “de carácter fascista”.
El resguardo, según explicó Guanipa, los obliga a renunciar a la calle y, por tanto, al contacto directo con ciudadanos y representantes de distintos sectores, por lo que cambia la “forma” de hacer política, convirtiéndose en un “dirigente virtual”.“Tenemos que ver cómo logramos ser útiles en medio de la situación”, dijo el opositor, de 59 años.
El ex primer vicepresidente de la Asamblea Nacional de Venezuela (AN, Parlamento) dice haberse reinventado, y ahora se dedica, en buena parte, a publicar constantemente en redes como un “mecanismo de comunicación con la gente”, mediante el cual difunde información sobre “la lucha” por el “cambio político”, y para tratar de generar “esperanza y optimismo”.
Asimismo, prosiguió, el resguardo los obliga a abandonar, por un tiempo indefinido, su “espacio natural”, en referencia al hogar, que, en su caso, está en el estado Zulia (noroeste, fronterizo con Colombia), a más de medio millar de kilómetros de distancia de donde -aseguró- se encuentra hoy.
“(Estamos) cambiándonos de lugar permanentemente (…) tengo que cambiarme si hay algún movimiento inusual, (como) recientemente en un sitio donde estaba (que) llegó una camioneta del Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia), se bajó, habló con el vigilante, yo no sé si era por mí u otra persona (…) pero eso me obligó a moverme inmediatamente, es decir, estamos en una situación de persecución”, sostuvo.
Guanipa aseguró haberse convertido en “un perseguido” de “una dictadura que no acepta que el pueblo le dijo que no quiere que gobierne más, e intenta seguir gobernando en contra de la voluntad del pueblo” que, según insiste la PUD, votó ampliamente por González Urrutia.
Al menos 157 políticos opositores y activistas y sociales están detenidos en Venezuela actualmente, buena parte de ellos colaboradores de González Urrutia y Machado, de acuerdo al Comité de Derechos Humanos de la formación Vente Venezuela (VV), liderada por la exdiputada.
Entretanto, desde marzo, seis opositores están refugiados en la residencia oficial de la Embajada de Argentina en Caracas, bajo protección de Brasil tras la expulsión de la misión diplomática del país austral, una autorización que, sin embargo, Venezuela revocó al gigante suramericano el 7 de septiembre.
Guanipa ha denunciado intentos de detención en su contra en “las últimas tres” manifestaciones en las que participó, una “suerte” que -señaló- no corrieron algunos de sus colegas, entre ellos, Freddy Superlano, Perkins Rocha y Biagio Pilieri, también colaboradores de la PUD.
Pese a todo, dice estar dispuesto a asistir a próximas convocatorias para cumplir con el compromiso que siente con la gente, tomando medidas de seguridad, aun “sabiendo que siempre habrá un riesgo”