El presidente electo de EE.UU., Donald Trump, se reunió en París con el príncipe Guillermo tras asistir a la reapertura de Notre Dame. En la residencia del embajador británico, Trump calificó a Guillermo como “un buen hombre”.
También participó en un peculiar apretón de manos con el presidente francés, Emmanuel Macron, que fue visto por algunos como un intento de dominación. El gesto, acompañado de un fuerte apretón, fue interpretado como una acción deliberada para intimidar a Macron, generando reacciones en redes sociales y medios conservadores en EE.UU.
Este fue el primer viaje internacional de Trump tras su victoria electoral y su primer encuentro con un líder europeo, repitiendo la tensión vista en su primer reunión en 2017.
Washington/París (EFE).- El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, se reunió este sábado en París con el príncipe de Gales, Guillermo, tras participar ambos en la ceremonia de reapertura de la catedral de Notre Dame.
Por EFE
El encuentro tuvo lugar en la residencia del embajador británico en la capital francesa, donde se saludaron con un apretón de manos y un breve “encantado de verle”. Después, posaron ante los fotógrafos mientras Trump comentaba: “Hola a todos, está haciendo un trabajo fantástico”, señalando al príncipe con el pulgar.
En otro momento del saludo, Trump describió a Guillermo, heredero al trono británico, como “un buen hombre”, según muestra un vídeo publicado en la red social X por Margo Martin, subdirectora de comunicaciones del líder estadounidense, quien trabajó con él durante su primer mandato (2017-2021).
Trump, Guillermo y varios jefes de Estado y de Gobierno asistieron al acto de reapertura de Notre Dame, invitados por el presidente francés, Emmanuel Macron.
Horas antes, un portavoz oficial del palacio de Kensington confirmó que Guillermo tenía previsto reunirse con Trump, quien asumirá el poder el 20 de enero de 2025, así como con la primera dama de EE.UU., Jill Biden, también en París.
La última vez que ambos coincidieron fue en 2019, durante una visita de Estado del entonces presidente a Reino Unido.
Ahora bien, el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, volvió este sábado a la escena internacional con un viaje a París, donde protagonizó un peculiar apretón de manos con el presidente francés, Emmanuel Macron, y que sus seguidores de la derecha estadounidense interpretaron como un intento de “dominarlo”.
El gesto tuvo lugar en los escalones del Palacio del Elíseo. Al bajar de su vehículo, Trump atrajo con fuerza la mano derecha de Macron hacia su cuerpo mientras ambos se abrazaban y estrechaban las manos con firmeza, agitándolas enérgicamente.
Aunque ambos sonreían ante los flashes de los fotógrafos, parecía que se aferraban el uno al otro con intensidad.
El episodio desató el furor de algunos seguidores de Trump, que en redes sociales dejaron claro que veían las acciones del presidente electo como un intento deliberado de intimidar a Macron.
“Ese es mi presidente”, decía en X el usuario ‘Johnny Maga’, mientras que Miranda Devine, columnista del diario conservador New York Post, escribía: “¡Ha vuelto!”. Ambos mensajes fueron compartidos por Karoline Leavitt, designada por Trump como su futura portavoz en la Casa Blanca.
Además de los comentarios en redes sociales, medios conservadores en Estados Unidos destacaron el gesto.
The New York Post tituló: “Trump domina a Macron durante tenso apretón de manos en reunión previa a la reapertura de Notre Dame”, mientras que la cadena Fox resumió lo ocurrido señalando cómo Trump había “dominado” a los líderes mundiales en París.
El encuentro entre ambos líderes había despertado grandes expectativas, ya que este fue el primer viaje al extranjero de Trump desde su victoria electoral el 5 de noviembre, y Macron era el primer mandatario europeo con quien se reunía.
Este no es, sin embargo, el primer apretón de manos peculiar entre ambos líderes.
En mayo de 2017, cuando se reunieron por primera vez antes de la cumbre de la OTAN en Bruselas, ambos protagonizaron un apretón tan firme que sus nudillos se pusieron de color blanco.
Posteriormente, Macron confesó a un diario que ese gesto no fue “inocente” y que, para él, había representado un “momento de la verdad” para dejar claro a su homólogo estadounidense que no se dejaría intimidar.