Pasadas las 10:30 am, las colas fuera del centro electoral seguían presentes bajo un fuerte sol, pero los votantes mantenían firmeza y ánimo. Algunos rechazaron irregularidades como la solicitud de cédulas por parte de un miembro de mesa para agilizar el proceso.
En la Unidad Educativa Nuestra Señora del Camino, en Castillejo de Zamora, la fila se extendía por tres cuadras pasadas las 10:00 am. Las mesas siete y ocho presentaban inconvenientes desde las 11:00 am, lo que generaba más retraso. En Araira, desde las 3:00 am los votantes se congregaron en la Unidad Educativa Nacional Bolivariana Araira, el centro electoral más grande de la parroquia Bolívar, comenzando con organización de colas desde las 6:00 am para votar.
En Guatire, aunque muchos centros comenzaron a tiempo, las colas se extendieron por hasta cuatro cuadras. En la Unidad Educativa Santa María Goretti, uno de los centros más grandes, los votantes experimentaron significativos retrasos.
A pesar de los retrasos y dificultades, prevalecía la esperanza entre los votantes que buscaban cambiar el rumbo de Venezuela. En otros centros de Zamora, como el Liceo Vicente Emilio Sojo, la lentitud y largas colas eran comunes. Maryelis Flores, una joven de 19 años votando por primera vez, expresó sus deseos de un mejor futuro.
En Villa Heroica, la mesa dos estuvo paralizada por fallas en la máquina de votación. Funcionarios del Plan República se negaron a brindar información sobre los retrasos. Los votantes, sin embargo, persistían en su intención de votar, manteniendo la esperanza de un cambio para Venezuela.
Aunque pasadas las 10:30 am las colas fuera del centro seguían presentes mientras el sol arreciaba, los votantes se mantenían firmes. «Aquí aprovechamos para chismear», «esta es la única cola que no me pesa», «todo sea por la libertad», eran algunos de los comentarios de los votantes.
Otros votantes de este centro denunciaron que un miembro de mesa les solicitó a un grupo de personas sus cédulas de identidad para presuntamente agilizar el proceso. Ante la irregularidad, los presentes se negaron.
En otro de los centros electorales más grandes de la zona, la Unidad Educativa Nuestra Señora del Camino, ubicada en la urbanización Castillejo de Zamora, la cola se extendía por al menos tres cuadras pasadas las 10:00 am.
Las mesas siete y ocho estaban presentando inconvenientes pasadas las 11:00 am, lo que ocasionaba aún más retraso en el lugar. Las autoridades se negaron a dar detalles sobre el tipo de fallas a El Nacional.
«Si amanecemos en las colas de gasolina, podemos amanecer en la cola para votar», comentaba uno de los electores que desde las 3:00 am se encontraba a las afueras de la Unidad Educativa Nacional Bolivariana Araira, el centro electoral más grande de la parroquia Bolívar.
Pasadas las 6:00 am comenzó el zaperoco: gente buscándose en las listas, los funcionarios del Plan República y milicianos organizando cinco colas, una por cada mesa de votación, y los ciudadanos ansiosos pidiendo entrar. Unos minutos después, con cédula en mano, pasó un primer grupo de personas de la tercera edad a ejecer su derecho.
En Araira el día a día siempre comienza desde muy temprano, pero este domingo 28 de julio la jornada inició para la mayoría mucho antes del alba. El aroma a café inundaba las calles de la pequeña población del municipio Zamora en el estado Miranda desde la madrugada, mientras los ciudadanos comenzaban alegremente su marcha provistos con gorras, termos, lentes de sol y, el arma más importante de todas, la cédula de identidad. Entre saludos, parloteo, ánimo y nerviosismo, los araireños poco a poco llenaron los centros de votación para completar una misión que definirá el futuro de Venezuela en los próximo años: elegir un nuevo presidente de la República.
@ErikaHDeLaR
En Guatire la historia es diferente. Pese a que gran parte de los centros de votación comenzó a trabajar a la hora estipulada o tan solo con unos minutos de retraso, las fuertes colas se extendían por hasta cuatro cuadras en algunos casos.
Aunque según el coordinador del centro se abrieron las puertas a las 6:00 am, aseguraba que debido a la gran afluencia de personas el proceso estaba fluyendo con algo de lentitud. Esto lo confirmaron los votantes, quienes indicaron que estaban tardando aproximadamente dos horas y media para poder llegar a la entrada del colegio.
En buena parte de los centros de la principal ciudad del municipio Zamora los votantes comenzaron a hacer cola desde la noche anterior. Esta especie de madrugonazo electoral estuvo motivado, en muchos casos, por la ansiedad de los votantes ante este proceso en el que se disputan la presidencia un total de 10 candidatos, aunque sólo dos nombres resuenan en las colas: Edmundo González Urrutia, de la Plataforma Unitaria Democrática, y Nicolás Maduro, candidato del oficialismo a la reelección.
Una de las incidencias más graves de la zona se presentó en la Unidad Educativa Santa María Goretti, uno de los centros de votación más grande de Zamora. «Llegué a las 12:00 am y aquí estoy. Son las 8:40 am y aún no han empezado a trabajar», manifestó molesta Lourdes Manzanillo, quien se encontraba muy cerca de la puerta.
Por El Nacional
Pese a todos los inconvenientes, el denominador común en todos los centros de votación de de Zamora era la esperanza. Un sentimiento acompañado por ansiedad y emoción de miles de ciudadanos que este 28 de julio madrugaron con el objetivo de cambiar el rumbo de Venezuela.
En otros grandes centros del municipio Zamora, como el Liceo Vicente Emilio Sojo, la Unidad Educativa Elías Calixto Pompa, la Unidad Educativa San Martin de Porres, entre otros, se repetía la situación: mucha cola y lentitud para votar.
«Salí a votar porque quiero aportar mi granito de arena para cambiar el futuro del país. Deseo un futuro donde pueda estudiar, donde pueda ver a mis hijos crecer, donde tenga oportunidades profesionales. No me importa hacer 10 horas de cola, este es mi deber como venezolana y lo voy a ejercer. No he visto otro gobierno en toda mi vida y eso tiene que cambiar», manifestó Maryelis Flores, una joven de 19 años de edad que iba a votar por primera vez.
Este no fue el único centro con incidencias en Guatire. En el Colegio Villa Heroica la mesa dos se encontraba paralizada pasadas las 9:00 am por una falla en la máquina de votación. Presuntamente los miembros de mesa se encontraban siguiendo el protocolo para solventar la situación, pero aún, pasada esa hora, no habían obtenido respuesta.
Sin incidencias y de a poco, pero fluido, comenzó a avanzar la jornada en este centro electoral hasta que, pasadas las 7:30 am, la afluencia de votantes se hizo más notoria y los tiempos de espera se hicieron más largos.
Sin embargo, al ingresar al recinto todas las mesas presentaban muy pocos votantes. «Son los miembros de mesa los se tardan. Mientras que en otras mesas pasan tres personas en la cinco solo pasa una porque tardan mucho buscando a los votantes en el cuaderno electoral», dijo a El Nacional una persona que pidió no ser identificada.
Cuando el equipo de El Nacional intentó el motivo del retraso, funcionarios del Plan República se negaron a dar información y pidieron a la periodista retirarse del lugar. Sin embargo, con credenciales en mano, los miembros de mesa apostados en las puertas denunciaban que no los dejaban ingresar al colegio porque presuntamente no se encontraban en la lista de miembros acreditados.
Mientras tanto, tomada de la mano por su nieta llegaba una de las doñas más queridas del pueblo. «Tengo 92 años de edad y vengo a votar porque quiero dejar un mejor país para mis hijos y mis nietos. Quiero volver a tener la mesa de Navidad completa antes de partir de este mundo», manifestó antes de ingresar a la escuela donde todos la saludaban alegremente, como si de una celebridad se tratase.
Las mesas uno y cinco empezaron a comenzar mucho más retraso. «Están todas las máquinas funcionando, pero hay muchas personas de la tercera edad votando y el proceso se hace lento», señaló la coordinadora del centro a quienes impacientes se acercaban a preguntar en la puerta.
A medida que la cola para votar en el Goretti se extendía por varias cuadras, el enojo y la desesperación se hacían más evidentes. Luego de que un gran grupo comenzó a protestar en las afueras del centro para exigir que permitieran la entrada de los miembros de mesa e incluso se presentaron funcionarios policiales y bomberos, pocos minutos después comenzó la jornada electoral en el lugar.
Si bien un gran grupo de electores de la cola de la tercera edad y discapacitados logró votar rápidamente tras la apertura, aproximadamente hora y media después votantes que estaban desde la noche anterior en la cola se quejaban de la lentitud del avance.
«Están aplicando operación morrocoy. Igual no nos vamos a ir. Aquí nos vamos a quedar hasta que podamos votar. Estamos cansados de tanta injusticia. Queremos que nuestros hijos regresen a casa. Quiero conocer a mi nieta que nació en otro país. Se viene el cambio para Venezuela. Tengo fe», manifestaba Rosa Villanueva, una educadora jubilada que luchaba por contener el llanto.